Ocho personas escaparon con vida y 158 murieron cuando un avión procedente del emirato árabe de Dubai se estrelló ayer al aterrizar en el aeropuerto de Mangalore, en el Suroeste de la India, en una de las peores tragedias aéreas en este país. Uno de los supervivientes salió ileso del siniestro, mientras que otros cuatro sufrieron heridas leves y tres de carácter grave, informó el ministro de Aviación Civil, Praful Patel, en rueda de prensa.

Patel, que había visitado el lugar del accidente y a los heridos en el hospital, explicó que el Boeing-737 de Air India Express (la aerolínea de vuelos económicos filial de la estatal Air India) se salió de la pista al aterrizar y chocó con un muro de sacos de arena antes de virar y golpear con una de sus alas contra la estructura de hormigón de un "localizador". El avión perdió el ala antes de precipitarse 200 o 300 metros por un barranco, donde al cabo de unos minutos prendió fuego.

Esos minutos y el hecho de que el fuego se extendió gradualmente -Patel desmintió que hubiera una explosión- salvaron la vida a los ocho pasajeros (una mujer entre ellos), que ocupaban asientos entre las filas 7 y 23, y que pudieron salir por una gran grieta abierta en el fuselaje.

Los equipos de rescate ya habían logrado recuperar los 158 cadáveres y 72 de ellos han sido identificados, informó un oficial de la Policía local, Seemanth Kumar Singh. Muchos de los cuerpos estaban completamente calcinados, así como los restos mismos del avión.

El accidente ocurrió a las 6.05 horas locales en el aeropuerto de Bajpe, ubicado en una colina rodeada de barrancos y valles a una veintena de kilómetros de Mangalore. En el Boeing, comprado en 2007, viajaban 160 pasajeros -23 de ellos menores, incluidos cuatro bebés- y seis miembros de la tripulación, comandada por un piloto británico de origen serbio, supuestamente era muy experimentado.

Medio centenar de ellos eran indios del estado de Kerala, vecino del de Karnataka donde ocurrió el accidente, miembros de la numerosa colectividad india que vive y trabaja en Dubai.

La Dirección General de la Aviación Civil inició una investigación para determinar las causas del accidente, mientras el gobierno indio descartaba un error humano en el accidente. Su presidente, V.P. Agarwal, dijo que el piloto no manifestó causa alguna de preocupación cuando recibió permiso para aterrizar y contaba con visibilidad suficiente.

Aparentemente, el avión patinó y se salió de la pista de aterrizaje. Uno de los sobrevivientes, Umar Faruk, dijo que "luego del aterrizaje el avión perdió el control, quizás por la explosión de un neumático y comenzó a desviarse violentamente". En el momento de la explosión lloviznaba por lo que la pista estaba cubierta de agua.

El avión se desvió en fase de frenado, afirmaron fuentes del aeropuerto y algunos de los sobrevivientes lo confirmaron. Especialistas estiman que el "punto" de contacto con la tierra fue muy avanzado y que el piloto no tuvo demasiado espacio para frenar.

Patel abundó que tanto las condiciones climatológicas, como de la pista y el estado del Boeing habrían hecho suponer que haría un aterrizaje "normal", pero "desgraciadamente el avión tocó tierra un poco más allá del umbral normal y se salió de la pista". "La razón de su salida de pista se sabrá sólo cuando se complete la investigación", añadió, al tiempo que hallaron la caja negra. El de ayer es el peor accidente de aviación acaecido en la India desde la colisión de dos aviones en Haryana, cerca de Delhi, el 12 de noviembre de 1996, cuando murieron 349 personas.