Socorristas luchaban el jueves por llegar a zonas aisladas por inundaciones y deslizamientos de tierra que han acabado con la vida de al menos 400 personas en uno de los peores desastres naturales de Brasil en décadas.

Torrentes de lodo y agua como consecuencia de fuertes lluvias dejaron una huella de destrucción a través de la montañosa región Serrana, cerca de la ciudad de Río de Janeiro, echando abajo casas, cortando carreteras y soterrando a familias enteras mientras dormían.

"Es como si un terremoto hubiera remecido algunas áreas", dijo Jorge Mario, alcalde del área municipal de Teresópolis, donde fallecieron al menos 158 personas.

Los deslaves arrasaron con las casas de ricos y pobres en y alrededor de Teresópolis y otras ciudades, causando probablemente miles de millones de dólares en daños. Pero la parte más dura del desastre se la llevaron residentes rurales más pobres, en viviendas construidas en áreas de riesgo y sin una autorización de planificación formal.

Imágenes de televisión mostraron a socorristas cavando desesperadamente en las ruinas de casas en búsqueda de sobrevivientes, encontrando a menudo sólo cuerpos sin vida. Un rescate exitoso tuvo lugar cuando un bebé de seis meses fue encontrado con vida en los escombros de una casa, provocando gritos de júbilo entre los residentes.

Una mujer cargaba a un perro en las ruinas de su casa mientras el agua derribaba con fuerza los muros remanentes. La mujer debió tomar una soga lanzada por residentes desde un techo cercano y de ese modo fue recuperada a salvo, pero tuvo que soltar al perro a las aguas para poder salvarse ella.

En Nova Friburgo, un poblado rural colonizado por primer vez por inmigrantes suizos, 168 personas habían perdido la vida, según funcionarios locales.

Dilma Rousseff, que enfrenta el primer gran desafío de su presidencia tras asumir su mandato hace dos semanas, la calificó como una tragedia de la que no sólo puede culparse a la madre naturaleza.

"La construcción de viviendas en áreas de riesgo es la regla en Brasil en vez de ser la excepción", dijo la mandataria a la prensa en Río de Janeiro después de sobrevolar la región afectada por las inundaciones.

Laderas y riberas de ríos a cerca de 100 km al Norte de Río, una de las sedes que organizará los Juegos Olímpicos 2016, colapsaron después de que cayera el equivalente a un mes de lluvia en 24 horas.

Marejadas de agua y ríos de lodo sumergieron totalmente a algunas casas y dejaron automóviles aplastados como latas de aluminio. Más de 13.500 personas han quedado damnificadas en la región, dijo la agencia de Defensa Civil.

Los equipos de rescate aún no han llegado a varias de las partes más golpeadas de Teresópolis, incluyendo un barrio donde, según informes de medios, hay alrededor de 150 casas destruidas.

Docenas de cuerpos habían sido apilados afuera de una estación de la policía en el centro de la ciudad a la espera de ser identificados para después ser llevados a una iglesia. El cementerio de Teresópolis está colapsado.