Las inundaciones y el deslizamiento de barro y lodo no dan tregua en la isla atlántica de Madeira, en Portugal. Hasta anoche las autoridades elevaron a 42 el número de muertos y se estimaba que 120 personas resultaron heridas, mientras que la cantidad de evacuados llegaron a los 250.

El secretario de Asuntos Sociales de la región, Francisco Ramos explicó que hay un número sin determinar de desaparecidos y todavía no han sido identificados todos los cadáveres.

Las lluvias torrenciales y los deslizamientos de tierra que se produjeron el sábado provocaron las destrucción de casas, carreteras y numerosas infraestructuras, principalmente en el sur de la turística isla de Madeira, la zona más afectada.

El responsable de Asuntos Sociales de Madeira explicó que el depósito de cadáveres fue ubicado en el aeropuerto de la isla por una "cuestión operacional" y señaló que el Gobierno de la región continúa trabajando sobre el terreno, con equipos en todas las zonas afectadas. Ramos aseguró que los heridos todavía hospitalizados "están evolucionando satisfactoriamente" y subrayó que "el número de desaparecidos se está reduciendo drásticamente".

En los trabajos de búsqueda intervienen medios especiales de apoyo, tales como un equipo de submarinistas, miembros del Instituto Nacional luso de Medicina Legal y efectivos de la Guardia Nacional Republicana con perros de salvamento. También la fragata Corte-Real, de las Fuerzas Armadas portuguesas, trasladó hasta la isla de Madeira helicópteros, un grupo médico entrenado para situaciones de apoyo a la población y material de ayuda en catástrofes.