Cerca de 40 mil argentinos mueren cada año por enfermedades causadas por el cigarrillo, alertó ayer un informe presentado en el quinto Congreso Argentino "Tabaco o Salud", que destacó que cuando una persona deja de fumar comienza a recuperar su salud a los veinte minutos y a las 48 horas ya disminuye el riesgo de ataque cardíaco.
El informe del encuentro que reúne en la Capital Federal a médicos de varias especialidades, organizado por la Unión Antitabáquica Argentina (UATA), la Asociación Argentina de Tabacología (Asat) y el Programa Nacional de Control del Tabaco del Ministerio de Salud de la Nación, estimó que en el país hay unos 8 millones de fumadores.
"Además de aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer, el cigarrillo y el humo ambiental del tabaco producen un impacto negativo en todos los otros órganos", dijo Fernando Verra, presidente de Asat.
El estudio presentado en el congreso sostuvo que el dejar de fumar, a cualquier edad, es beneficioso para la salud y a los 20 minutos de abandonar el cigarrillo, se normalizan la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la temperatura de pies y manos.
En tanto, a las 8 horas mejora la oxigenación pulmonar y a las 48 comienza a disminuir el riesgo de ataque cardíaco.
A mayor tiempo de abstinencia tabáquica mayores son los beneficios que se presentan progresivamente, diez años después de dejar de fumar, el riesgo de ataque cardíaco llega a ser el mismo que el de un no fumador y el de cáncer de pulmón se reduce a la mitad.
Desde menor capacidad aeróbica hasta arrugas, pérdida del sentido del gusto y del olfato, dientes amarronados y sensación de frío, el fumador sufre diversas consecuencias desde el momento en que enciende el primer cigarrillo. Martín Urtasun, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Interna General (SAMIG), indicó que "los problemas más serios generalmente aparecen después de unos años de consumo de tabaco y el fumador ve la adicción como un juego de azar, en el que todavía no le tocó la enfermedad".
"El cigarrillo no sólo tiene consecuencias de riesgo sobre el individuo y sus órganos, sino también a nivel familiar y social", dijo, por su parte, Sandra Freifer, presidente de la Federación Argentina de Medicina Familiar (AAMF). En este sentido, la especialista precisó que "los hijos, los padres, la esposa o marido, los compañeros de trabajo del tabaquista ven agravados todos los problemas respiratorios a causa del humo ambiental del cigarrillo".
En cuanto a la salud de la mujer fumadora, David Fusaro, director del Instituto de Ginecología Buenos Aires, remarcó que se afecta su salud reproductiva y hormonal.
"En la mujer fumadora en edad reproductiva, es imprescindible advertirle que la asociación entre anticonceptivos y tabaco, aumenta el riesgo de enfermedad tromboembólica, en particular en las mayores de 35 años, que si se embaraza debe reducir el consumo al mínimo o dejar de fumar para cuidar a su bebé", advirtió.
El médico destacó que "la fumadora tendrá una menopausia más precoz que las otras, por los efectos del cigarrillo sobre los ovarios".
