La oposición conservadora de Gran Bretaña intentaba hasta última hora de ayer avanzar en las conversaciones con el Partido Liberal Demócrata para formar una alianza, tras la dramática elección parlamentaria del jueves pasado que no produjo una mayoría absoluta por primera vez en el país desde 1974.

A pesar de que los conservadores de centroderecha no lograron obtener la mayoría absoluta de los 650 escaños en la Cámara de los Comunes, tenían una confortable ventaja sobre el gobernante Partido Laborista de centroizquierda, en el poder por los últimos 13 años. Los centristas liberales demócratas quedaron en un lejano tercer lugar.

El primer ministro británico, Gordon Brown, permanecía en el poder en un rol interino a la espera de la formación de un nuevo Gobierno, de acuerdo a la convención constitucional británica. Los conservadores lograron un total de 306 bancas sobre un total de 350, contra 258 del laborismo y 57 de los liberal-demócratas (Lib-Dems), tras escrutarse la totalidad de los votos, salvo un distrito que se definirá el 27 de mayo, debido al fallecimiento de un candidato, informaron las autoridades electorales británicas.

El líder del Partido Conservador, David Cameron, y su homólogo liberaldemócrata, Nick Clegg, mantuvieron ayer una conversación telefónica antes de reunirse cara a cara por la noche para analizar la posibilidad de un pacto de gobierno, según informó la BBC.

De acuerdo con la cadena pública, en ese primer contacto por teléfono ambos líderes comentaron los resultados de las elecciones y decidieron "analizar con más detenimiento" las posibilidades de acuerdo entre sus formaciones.

Por otra parte, el ex primer ministro conservador británico John Major insinuó ayer a la BBC que su partido podría estar dispuesto a ceder ministerios a los liberaldemócratas al afirmar que sería "un precio que vale la pena pagar" para poder formar gobierno.

Cameron hizo ayer una "oferta global de gobierno" a Clegg, a quien también ha hecho una propuesta el primer ministro y líder laborista, Gordon Brown. Nick Clegg reiteró su convicción de que los conservadores, que lograron mayoría de voto y mayoría de escaños en los comicios del jueves, tienen el derecho a dar el primer paso para formar gobierno.

"Quiero hacer una oferta global, amplia y sincera a los liberaldemócratas. Quiero que trabajemos juntos para afrontar los grandes y urgentes problemas de nuestro país", manifestó Cameron.

Las posibles áreas de acuerdo incluyen una reforma a los sistemas electoral y de impuestos y revocar un programado aumento al impuesto sobre la renta, dijo Cameron, destacando que los conservadores estarían menos abiertos a comprometerse en temas europeos y de defensa.

Cameron, un ex ejecutivo de Relaciones Públicas de 43 años, ha dicho que su partido realizaría reducciones presupuestarias más rápidas y profundas que el Partido Laborista o los liberales demócratas. Ambos partidos advirtieron que esas medidas podrían afectar negativamente a la frágil economía.

Sus comentarios calmaron en parte los temores que tienen inversionistas por un potencial estancamiento político y los bonos del Gobierno británico se recuperaron rápidamente en un día de altas fluctuaciones. Cualquier nuevo Gobierno enfrentará la desafiante y potencialmente impopular tarea de reducir el récord de déficit presupuestario de 163.000 millones de libras para el año fiscal 2009-2010. Cameron lo describió como la peor herencia a cualquier gobierno entrante en los últimos 60 años.