El Gobierno brasileño informó ayer que ha pedido explicaciones ‘rápidas‘ y ‘por escrito‘ a EEUU, por la denuncia de que sus servicios de inteligencia espiaron los teléfonos y correos electrónicos de la presidenta Dilma Rousseff.

El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, explicó en una rueda de prensa que planteó esa exigencia al embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, a quien convocó ayer mismo, tras ser informados sobre el supuesto espionaje.

Pese a que se le preguntó más de una vez, Figueiredo no quiso responder preguntas sobre la visita de Estado a Washington que Rousseff tiene previsto hacer el 23 de octubre. ‘No estoy aquí para hablar de esa visita‘, respondió cuando se le preguntó directamente sobre si pudiera ser cancelada.

En la rueda de prensa participó también el ministro de Justicia, José Eduardo Cardoso, quien afirmó que el espionaje es ‘mucho más inaceptable‘ porque la víctima ha sido la jefa de Estado, pero también porque es realizado por un ‘país amigo‘, con el que Brasil tiene incluso una ‘sociedad estratégica‘.

Cardoso, no obstante, dijo que el Gobierno brasileño esperará las nuevas explicaciones que ha pedido y después decidirá qué tipo de ‘respuesta‘ dará a esta situación.

No obstante, aseguró que, como consecuencia de anteriores denuncias sobre el espionaje estadounidense en Brasil, el Gobierno insistirá en llevar ese asunto a ‘todos los foros internacionales‘.

Según afirmó este domingo el canal de televisión Globo, los servicios de inteligencia de Estados Unidos espiaron el contenido de conversaciones telefónicas y correos electrónicos intercambiados por Rousseff con decenas de asesores. Esas nuevas denuncias se apoyaron en documentos entregados por el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos

(ANS) Edward Snowden al periodista Glenn Greenwald, columnista del diario británico The Guardian, que reside en Río de Janeiro.

Según la prensa brasileña, EEUU también realizó actividades de espionaje al presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

Brasil ya había expresado su malestar a EEUU al trascender en julio que la Agencia Nacional de Seguridad interceptó las comunicaciones de millones de brasileños. Las primeras denuncias de Snowden sobre espionaje global causaron una fuerte reacción del Gobierno de Rousseff, que denunció el caso ante las Naciones Unidas.

Fuente: Efe y Reuters