Buenos Aires.- Desde el primer día que lo devolvieron al pena de máxima seguridad del Altiplano, de donde se había escapado meses atrás en un papelón monumental para el gobierno mexicano, el capo narco Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán se mostró a disgusto. Que lo movían de una celda a otra. Que no le permitían visitas… Y las cosas al parecer no han cambiado, por el notorio descontento con la vida tras las rejas. “Me están convirtiendo en un zombi”, dice.
En una entrevista con la emisora mexicana Radio Fórmula el martes, el abogado de Guzmán dijo que el capo de la droga se siente víctima de ‘tortura física y mental’, porque los guardias lo despierta con mucha frecuencia.
‘Me dijo, literalmente: Cada dos horas, por la noche, me despiertan para pasar revisión. (…) Me están convirtiendo en un zombi. No me dejan dormir. Todo lo que quiero es que me dejen dormir’, apuntó el profesional.
Como Guzmán volvió a la misma prisión que logró burlar, ahora la medidas de seguridad son otras. Según cuenta la prensa local, la prisión instaló 400 nuevas cámaras. Y se planea añadir otras 600 en abril. Los guardias vigilan todos los movimientos de El Chapo. Hay perros entrenados para detectar su olor y los pisos de la prisión fueron reforzados con varillas de acero.
Recordemos que el narco escapó por un agujero en el piso de la ducha que conducía a un túnel de más de un kilómetro con moto incluida que lo llevó hasta la libertad. Buscó refugiarse en su tierra Sinaloa, se entrevistó con actores y actrices para filmar su vida con absoluta impunidad, hasta que el mes pasado lo agarraron de las pestañas. Y de ahí de vuelta a la prisión, pero ya sin ducha, sin celda privada.
Pero no son los perros lo que molestan tanto a Guzmán. Sino la falta de sueño. ‘Es una tortura brutal’, me dijo’, dijo Badillo. ‘Esto es lo que llevó a cabo Stalin en los años 40 y 50 en Rusia’ , comparó.