Prometiendo ‘respeto incondicional y obediencia’ a su sucesor, el alemán Joseph Ratzinger concluyó ayer su papado.

Las campanas del mundo católico repicaron ayer para despedir a Benedicto XVI, que hizo efectiva su renuncia a las 20 horas de Roma (16 de Argentina), tres horas después de abandonar el Vaticano.

Benedicto XVI se asomó ayer al balcón central del palacio de Castel Gandolfo (la residencia en donde vivirá los próximos dos meses). En ese sitio, a unos 30 kilómetros al sur de Roma (Italia), saludó a miles de personas reunidas en una plaza, en el último acto público de su pontificado, que concluyó a las 20.

‘Gracias, buenas noches a todos’, dijo con voz firme ante el clamor y la ovación general. ‘No seré más el Sumo Pontífice de la Iglesia. Será un simple peregrino, que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra’, añadió con voz serena.

Ratzinger, que ahora llevará el título de ‘papa emérito’, llegó a Castel Gandolfo tras abandonar el Vaticano en helicóptero a las 17.07 horas local (13.07 de Argentina). Los fieles se despidieron de él con un efusivo adiós, entre lágrimas, y con pañuelos blancos en sus manos. Muchos se congregaron en las azoteas de los edificios cercanos al Vaticano para ver como se alejaba de la colina vaticana el helicóptero que llevaba a Ratzinger.

Por la mañana, Ratzinger se despidió de los cardenales de todo el mundo, ante quienes prometió ‘respeto incondicional y obediencia’ al nuevo papa que surgirá de entre ellos en las próximas semanas. ‘Entre ustedes está el futuro papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré rezando, especialmente en estos días’, dijo Joseph Ratzinger en un emotivo mensaje de despedida ante un centenar de cardenales de todo el mundo, que se desarrolló en la Sala Clementina del Vaticano.

Tras hacerse firme la renuncia de ayer, la Iglesia Católica entró en el periodo de Sede Vacante. La Sede Vacante, es decir el interregno que va desde que fallece o renuncia un papa y se elige el sucesor, comenzó a las 20 y concluirá cuando el cónclave de cardenales haya elegido el 266 sucesor del apóstol Pedro.

Ahora, el gobierno provisional de la Iglesia pasó a manos del cardenal camarlengo, que es también el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Lo primero que hizo Bertone fue sellar el apartamento papal y el ascensor que lleva al mismo, en el Vaticano.

Ayer, el mismo Bertone estuvo acompañando a Ratzinger mientras caminaba apoyado en un bastón ante la presencia de religiosos visiblemente emocionados. La emoción era tal que el mismo secretario particular del papa no pudo contener las lágrimas.

Fuentes: Efe y Télam