El derechista Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy consiguió ayer un triunfo clave en las elecciones regionales de Galicia, feudo conservador en que resiste pese al malestar social por los ajustes de esa nación europea. En Galicia, el presidente y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, obtuvo un triunfo histórico para el PP, al conseguir ampliar su actual mayoría absoluta de 38 a 41 diputados, con el 46 por ciento de los sufragios, escrutado el 74 por ciento de votos.
El PP ha gobernado en la comunidad por 24 de los últimos 31 años. Con la victoria en las elecciones autonómicas de ayer, Núñez Feijóo revalidó su mandato al frente del Gobierno regional. La votación de Galicia, donde las medidas de austeridad fueron tomadas por el PP mucho antes de que Rajoy llegara al Gobierno español, fue vista como un referendo sobre la gestión del Ejecutivo nacional ante la crisis de deuda de la zona euro.
Según analistas, la victoria en su Galicia natal otorga a Rajoy un respiro político muy necesitado a nivel nacional, ya que las encuestas han mostrado que pierde apoyos entre manifestaciones masivas contra el recorte de gastos en los servicios públicos.
El gobierno gallego obtuvo no sólo una mayoría absoluta, sino que consiguió más escaños que en 2009. Analistas aseguran que los gallegos votaron en clave regional e incluso personalista y que el triunfo es obra de Núñez Feijóo y quizás también del aparato partidista y el clientelismo del PP en Galicia. Pero aseguran que no se trata de una revalidación de las políticas de austeridad de Rajoy.
En todo caso, el jefe del Ejecutivo español no desaprovechará la oportunidad de anotarse este triunfo y traducirlo en un aval a sus políticas en un momento de extrema debilidad y de escalada del conflicto social. Rajoy aún tiene pendiente anunciar el pedido de un rescate soberano a la Unión Europea (UE) para aliviar la presión sobre la deuda del país, que los inversores dan por hecho y que vendría acompañado por más esfuerzos en términos de recortes de gasto.
Los socialistas obtuvieron su peor resultado al caer de 25 a 18 diputados, con el 20,6 por ciento de los votos. La Alternativa Galega de Esquerda (AGE) de Xosé Manuel Beiras, que parece obtener un gran rédito de su alianza con Izquierda Unida (IU), consiguió 9 escaños y el 13 por ciento de los votos. De esta forma desplazó al Bloque Nacionalista Galego (BNG) a un cuarto lugar, con 7 diputados y el 10 por ciento de los votos.

