Un tribunal en Londres dictaminó ayer que Julian Assange, fundador de Wikileaks, puede ser extraditado a Suecia, donde está acusado de acoso sexual.

Assange niega los cargos y asegura que se trata de una persecución por haber revelado, a través de su portal, ciento de miles de archivos de EEUU que revelaron, entre otras cosas, secretos de las invasiones norteamericanas en Irak y Afganistán.

Por su parte, los abogados de Julian dijeron que apelarían la decisión ante el Tribunal Superior de Londres. Pero podrían pasar meses hasta que el proceso legal en Gran Bretaña llegue a su fin. En tanto, el experto en computación de 39 años permanecerá en Gran Bretaña con libertad bajo fianza.

La fiscalía sueca quiere interrogar a Assange por acusaciones de conductas sexuales impropias realizadas por dos voluntarias de Wikileaks durante el tiempo que pasó en Suecia en agosto pasado.

Una de las supuestas víctimas afirma que Assange abusó de ella sexualmente al ignorar su petición de que utilizara preservativo durante sus relaciones sexuales. La segunda mujer ha dicho que mantuvo relaciones íntimas con ella mientras dormía y que no utilizó condón.

La fiscalía dice que la segunda acusación encaja en la menos severa de las tres categorías de violación en Suecia, que acarrea un máximo de cuatro años de prisión.

Los abogados del creador de Wikileaks habían alegado que una decisión en ese sentido violaría sus derechos humanos. Sin embargo, el juez Howard Riddle rechazó los argumentos de que no tendría un juicio justo en Suecia y decidió que la extradición no afectaría sus derechos humanos.

"Estoy satisfecho con que la extradición sea compatible con los derechos del acusado que establece la convención (europea). Debo ordenar la extradición del Sr. Assange a Suecia", dijo el juez al Tribunal de Magistrados de Belmarsh, una corte de máxima seguridad, en Londres.

Por su parte, Assange, vestido sobriamente con traje traje oscuro, corbata y bufanda, no reaccionó cuando Riddle leyó su veredicto.

La situación del creador de Wikileaks ha despertado un intenso interés de medios de todo el mundo. Alrededor de una decena de seguidores, con máscaras y trajes similares a los que usan los presos de Guantánamo, gritaban a favor de Assange frente al edificio del tribunal.

En tanto, Assange hablando a una multitud de periodistas luego de la audiencia, criticó la rápida orden de arresto europea para solicitar la extradición a Suecia y definió a la sesión de la corte como "un proceso automático". "No hubo ninguna consideración durante todo el proceso sobre los méritos de las acusaciones hechas en mi contra", dijo, acusando a EEUU de ejercer presión a Gran Bretaña.

Además, los defensores de Assange acusaron al primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, de crear una "atmósfera tóxica" en Suecia y de dañar sus oportunidades de tener un juicio justo por presentarle como el "enemigo público número uno".

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, P. J. Crowley, dijo que el caso de Assange es un asunto entre Gran Bretaña y Suecia. "A pesar de las afirmaciones contrarias, EEUU no está involucrado", aseguró.