Varios representantes de las familias reales europeas, entre ellos los reyes eméritos de España, Juan Carlos I y Sofía, y el príncipe Carlos de Gales, asistieron en Rumania al funeral del rey Miguel I, fallecido en Suiza a los 96 años.

Durante la mañana se rindió un último homenaje en Bucarest al monarca, en presencia de una multitud de miles de rumanos reunidos en la plaza de la Revolución con flores y velas.

Los miles de congregados daban la espalda simbólicamente al balcón desde el cual el dictador comunista Nicolae Ceausescu dio su último discurso, en diciembre de 1989. Los comunistas habían obligado al rey Miguel a abdicar en 1947.