El gigante automotor alemán BMW llamó hoy a revisión a más de un millón de automóviles en todo el mundo por problemas en el sistema de refrigeración.

Según explicó la compañía, en los coches diésel afectados se podría producir una fuga de líquido refrigerante lo que, en un caso extremo, puede causar que el automóvil se incendie.

Es la segunda vez que la fabricante con sede en Múnich pide este año a sus clientes que lleven sus vehículos al taller por posibles defectos en la refrigeración del sistema de recirculación de gases de escape (EGR). Este sistema sirve para reducir la contaminación de los motores.

En agosto, BMW ya había llamado a revisión a cerca de medio millón de automóviles diésel. Se estima que en total cerca de 1,6 millones de coches se han visto afectados.