A cinco días de la renuncia de Evo Morales, Bolivia vive sus días de mayor violencia: el viernes por la tarde se registraron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y grupos cocaleros en los que murieron ocho personas y otras 100 resultaron heridas, algunas de gravedad. Por primera vez desde que se inició el conflicto, los militares bolivianos reprimieron a mansalva ante manifestantes armados y se desató una batalla campal.

La información fue confirmada por el representante en Cochabamba de la Defensoría del Pueblo de Bolivia, Nelson Cox. "Penosamente tenemos cinco (muertos) en Sacaba", afirmó.

Cox aseguró que manifestantes heridos fueron trasladados al hospital México de Sacaba -ciudad vecina de Cochabamba- "con heridas de bala", y fallecieron antes de llegar.

Además, sostuvo que las fuerzas conjuntas de policías y militares llevaron a cabo una acción "desproporcionada" ante la manifestación, que en días precedentes ya registró heridos de bala entre quienes protestaban.

El funcionario declaró que los heridos fueron evacuados a varios centros de salud, los más graves al hospital Viedma de Cochabamba. Además, afirmó que las fuerzas de seguridad en los puntos de control no dejaron pasar ambulancias que transportaban heridos.

"He estado instando todos los días para evitar que haya movilizaciones, no solamente que no sean violentas, sino evitar movilizaciones", comentó Cox. Desde el día domingo ha habido "una escalada de intervenciones de las fuerzas conjuntas, policiales y de las Fuerzas Armadas que han tenido de forma desproporcional sus intervenciones", concluyó.