Buenos Aires, 14 de febrero.- Después de haber renunciado Benedicto XVI se despidió de la diócesis de Roma y aseguró que aunque se retire a rezar siempre estará cerca de sus sacerdotes y que permanecerá "escondido para el mundo".
Según informa la ABC, el Papa informó de esta manera sus planes de no intervenir en público en la vida de la Iglesia, limitándose a un papel de consejo de su sucesor, si el nuevo Papa se lo pide.
El ambiente durante su despedida fue muy nostálgico y Agostino Vallani, cardenal vicario de la diócesis de Roma, lo comparó con la despedida de San Pablo en Mileto. Según revelaron, el Papa estaba muy sereno.