Los berlineses y decenas de miles de turistas participaron ayer del ambiente festivo de la ciudad, en la que se ha programado múltiples actividades callejeras en las horas previas a los actos conmemorativos del veinte aniversario de la caída del muro, ocurrida un 9 de noviembre de 1989.

La ocupación hotelera es prácticamente del cien por cien, y desde primeras horas del sábado, están abarrotados todos los puntos de la ciudad alemana en los que hay algún trozo de muro o otro tipo de símbolo que recuerde la división del país.

El principal punto de atracción lo constituye el millar de piezas de dominó colocadas a modo de muro en el tramo entre la Potsdamer Platz, la que fue una de las partes más visibles de la "Franja de la Muerte", y el Reichstag, con la Puerta de Brandeburgo como epicentro.

Las piezas de dominó, de poliestireno y de unos veinte kilogramos cada una, han sido ubicadas siguiendo las huellas del antiguo muro, en un recorrido de unos 1,5 kilómetros.