Pese a ser acusado de tener sexo con una prostituta menor de edad y de adular al presidente libio Muamar Kadafi, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sobrevivió a escándalos que hubieran hecho caer a cualquier otro líder occidental hace tiempo.

Su supervivencia puede sorprender a los analistas extranjeros, pero es el resultado de un mapa político en el que una oposición profundamente dividida, su dominio de los medios y su habilidad para hacer campaña lo han coronado como el único líder al que pueden recurrir los votantes conservadores.

Despreciarlo como una broma por sus célebres errores y escándalos es un error fundamental, según los especialistas.

"La debilidad de la oposición es uno de los ingredientes, pero creo que él también ha sido muy importante en producir esa debilidad", dijo Franco Pavoncello, profesor de Ciencia Política de la Universidad John Cabot, en Roma.

"Él ha sido un destructor de la oposición con su propia capacidad de liderazgo, su inventiva, su imprevisibilidad. Ya no saben qué hacer con este tipo", indicó a Reuters.

A fines del año pasado, cuando Berlusconi sobrevivió a una moción de censura por un breve margen, las elecciones anticipadas parecían inminentes.

Ahora, el primer ministro parece lejos de su fin.

Aunque otros analistas sostienen que las elecciones están al menos a un año de distancia, admiten que el primer ministro seguirá teniendo una buena probabilidad de ser reelecto. Y esto a pesar de un mar de problemas que lo han llevado a definirse como "el hombre más perseguido de la historia".

El magnate más rico de Italia enfrenta cuatro casos simultáneos en la corte, tres de ellos por corrupción y el más escandaloso por presuntamente tener sexo con una prostituta menor de edad y luego usar su cargo indebidamente para encubrirlo.

Ya ha sobrevivido a al menos una decena de demandas legales, en su mayoría por corrupción, desde que irrumpió en la política en 1994.

Fiestas sexuales

"Ruby", la bailarina marroquí adolescente que está en el centro de la controversia, se convirtió en una celebridad. Según los fiscales, el caso involucra a decenas de estrellas y prostitutas que asistieron a fiestas sexuales en la residencia de Berlusconi.

El mandatario sufrió un nuevo revés cuando el levantamiento libio dirigió la atención pública a la cálida bienvenida que le dio a Gaddafi el año pasado y su resistencia inicial a criticar a su ex amigo.

Aún así, el empresario de medios de 74 años, que también es dueño del equipo de fútbol AC Milan, parece más firme que hace unas pocas semanas.

Por un lado neutralizó la amenaza del ex aliado y hoy archienemigo Gianfranco Fini, presidente del Parlamento, al conseguir el apoyo de varios diputados que se habían sumado a una rebelión en su contra.

Y, por el otro, anunció esta semana el lanzamiento de una reforma del poder judicial "que hará época". Según sus críticos, el objetivo de la medida es protegerlo de la justicia y vengarse de los magistrados que lo persiguieron durante décadas.

El profesor Gianfranco Pasquino, de la Universidad de Bologna, opinó que la mayoría de los italianos están de acuerdo con la reforma debido a que odian un sistema legal complejo que puede tardar años en emitir un fallo y ha cometido errores.

"Es muy astuto, muy ingenioso (...) ha usado un poco de corrupción pero es muy bueno para hacer campaña, no tanto para gobernar, y excelente para vender un producto. Aún puede ganar elecciones. Es un gran vendedor", enfatizó Pasquino.