Hasta 2025. Maduro se consagró como nuevo presidente el domingo con una abstención récord de 54%, se impuso con 68% de los votos.

El presidente Mauricio Macri resolvió convocar al representante de negocios de Argentina en Caracas en un renovado capítulo de rechazo al régimen de Nicolás Maduro, que ayer juró anticipadamente como nuevo presidente de Venezuela para el período 2019-2025.

La decisión de la Cancillería argentina llega en medio de una severa crisis económica y social en el país caribeño y luego de que los países del Grupo de Lima anunciaran que reducirán su nivel de relaciones diplomáticas con Caracas. Desde el Palacio San Martín indicaron que la convocatoria de Eduardo Porretti no es más que un "llamado a consulta" al tiempo que mencionaron que se trata de "un procedimiento habitual". Sin embargo, esta movida podría tener un relevancia mayor: Es que Mauricio Macri siempre consideró que la mejor estrategia para lograr una transición democrática en Venezuela era coordinar una fuerte actividad diplomática con las embajadas que Argentina y EEUU tienen asentadas en Caracas. En ese sentido, cuenta con el aval de su par de EEUU, Donald Trump.

Casualmente, Porretti regresa a Buenos Aires sin eventual fecha de retorno, mientras que su colega Todd Robinson agregado de negocios americano fue expulsado de Venezuela y pasará un tiempo prudencial en Washington. Robinson era el hombre con más alto cargo diplomático que tenía el presidente Trump en Venezuela.

Desde hace semanas, Washington insiste en acorralar al régimen de Nicolás Maduro con sanciones económicas y pretendía que todos los embajadores de la región abandonaran Venezuela en repudio a la fraudulenta elección que otorgó un nuevo mandato presidencial al sucesor de Hugo Chávez.

Ante la consulta de la prensa, sobre el futuro del diplomático argentino, fuentes de la Cancillería indicaron que "la convocatoria no significa que Porretti sea retirado" del país caribeño. Porretti es el encargado de negocios en Venezuela debido a que la Argentina no cuenta con embajador en el país caribeño.

Por lo pronto, EEUU, la Unión Europea y el Grupo de Lima, conformado por 14 países del continente, entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia y México, entre otros, rechazaron la elección que el domingo pasado consagró a Maduro por considerar que no fue libre, representativa ni transparente. Santiago fue el primero endurecer las relaciones con Caracas al anunciar este miércoles que no enviará ningún embajador a Venezuela, luego de la renuncia del último en marzo.

Mientras tanto, Nicolás Maduro juró por segunda vez consecutiva como presidente de Venezuela. Hundido en una grave crisis, el mandatario prometió derrotar las sanciones de EEUU y corregir el rumbo económico del país.

Venezuela vive la peor crisis de su historia reciente: hiperinflación, escasez de comida y medicinas, caída brutal de la economía y de la producción de crudo a su nivel más bajo de los últimos 30 años: 1,5 millones de barriles diarios. Además de la comunidad internacional, la oposición venezolana tampoco reconoció los resultados y pidió una nueva votación. En ese sentido, aseguraron que el proceso electoral no tuvo "garantías ni transparencia". Sin embargo, Maduro aseguró haber recibido numerosas cartas de gobiernos y pueblos en reconocimiento de su victoria. Igual, hizo una autocrítica y admitió que "no están haciendo las cosas bien". "Venezuela necesita un nuevo comienzo, escuchemos bien el clamor de un pueblo y también sus silencios. Necesitamos una transformación del liderazgo, una transformación de la jefatura de la revolución. No lo estamos haciendo lo suficientemente bien, hace falta una gran rectificación, profunda", declamó.