Algo más de 7,3 millones de bolivianos están convocados para elegir hoy presidente, vicepresidente y legisladores, en unas elecciones en las que Evo Morales busca un cuarto mandato consecutivo, con una candidatura cuestionada por haber desestimado el resultado de una consulta popular que le negó la posibilidad de ser reelecto.

La contienda electoral que cuenta con nueve fórmulas es la más reñida desde que el candidato por el Movimiento Al Socialismo (MAS) llegó a la presidencia en 2006, con el expresidente Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana (CC), como el opositor mejor situado según las últimas encuestas para forzar una segunda vuelta en las que, según las proyecciones, el oficialismo no tiene asegurada la victoria.

Morales se convirtió en 2006 en el primer presidente indígena en Bolivia salido de las urnas, uno de los pocos en la historia de América. Es el presidente con más tiempo en el poder de la historia en Bolivia y en los comicios de este 20 de octubre aspira a un cuarto mandato consecutivo hasta 2025.

La única alternativa de la oposición parece Carlos Mesa, un intelectual que ya gobernó el país entre 2003 y 2005 en medio de una sociedad convulsa que le llevó a renunciar. Si Evo ha basado su discurso en la justicia social para acabar con históricas discriminaciones hacia indígenas, campesinos y los más desfavorecidos, Mesa para unos representa la vuelta a un pasado dirigido por las elites, pero para otros es la esperanza de la clase media que teme una perpetuación en el poder de Morales. El padrón actual de Bolivia es de 7.315.364 personas.