Rumania, 16 de febrero.- La profesión de bruja ha sido reconocida legalmente con lo que tendrán que pagar impuestos y cumplir una serie de normas que no han sido bien recibidas en el gremio.
La ley les obligará a tener en cuenta algunas cosillas porque no todo va a ser acertijos y despreocupación.
Las profesionales de la brujería en Rumanía no podrán ejercer en lugares cercanos a escuelas, ni iglesias, pero además tendrán que presentar las facturas a Hacienda de sus clientes, según publica la web de SkyNews .
A las brujas esto les ha sentado como si las mandaran a la hoguera, porque desde que su profesión ha sido reconocida legalmente, tendrán que cotizar a la Seguridad Social, como cualquier trabajador rumano.
En respuesta a ello, prometieron lanzar toda clase de sortilegios y hechizos sobre el presidente al considerar que la ley las ha perjudicado.
La brujería forma parte de la cultura rumana desde hace siglos y sigue desempeñando un papel en la sociedad moderna.