El proceso electoral boliviano estuvo “viciado de nulidad”. Esa es la contundente conclusión del informe final de la empresa Ethical Hacking, que fue contratada por el Tribunal Supremo Electoral un mes antes de los comicios presidenciales para que haga una auditoría al sistema de Transmisión Preliminar de Resultados Electorales (TREP) y al cómputo definitivo, a cargo de la compañía Neotec.

“No podemos dar fe de la integridad de los resultados electorales, debido a que todo el proceso está viciado de nulidad por la cantidad de alteraciones al código fuente del TREP, la cantidad de accesos y modificaciones manuales con el máximo de privilegos a las bases de datos en producción durante el proceso electoral y las inconsistencias del Software que fueron surgiendo en el TREP y el sistema de cómputo”, concluyó la auditora.

Apenas conocido el informe, los candidatos a la Presidencia y a la Vicepresidencia por Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa y Gustavo Pedraza, enviaron una carta al Vicepresidente Alvaro García Linera para que en su condición de presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional tramite una ley de emergencia que nombre nuevos vocales electorales entre ciudadanos notables y se llame a una nueva votación que derive en el inicio de un nuevo mandato

El informe ejecutivo de Ethical Hacking, que fue adelantado a Televisión Universitaria, desde Panamá, por el ejecutivo de la empresa, Alvaro Andrade, consta de 34 páginas, y no es el único que entregó hasta ahora, sino que se dieron a conocer otros antes de la votación para que se corrijan problemas de vulnerabilidad del sistema.

“Una vez informados de todas las vulnerabilidades críticas que encontramos en el TREP, y pese al esfuerzo de Neotec por remediarlas, justo antes de las elecciones en reunión de sala plena, cumplimos con advertir que el software era inseguro, pero con parte de las vulnerabilidades críticas subsanadas, era un riesgo que debían valorar si aceptarlo o no para llevar las elecciones”, se expresa en una parte de las conclusiones.

La empresa auditora explica que las recomendaciones y remediaciones que pasó a Neotec para realizar al TREP y al sistema de cómputo, sólo se aplicaron al TREP y no al 100 por ciento, por los tiempos cortos para corregir algunas cosas.

Hicieron notar que el código fuente sufrió alteraciones en varias fechas, por lo que no pueden certificar la integridad del software.

Sobre el corte que sufrió el TREP, se concluyó que fue un error de omisión del protocolo de seguridad, por lo que el proceso electoral pierde toda credibilidad.

También observa inconsistencias en los datos de las actas. “Antes de que se corte el TREP Evo Morales ganaba por diez puntos, pero empezaron a entrar actas de Santa Cruz y Mesa acortó la distancia en siete puntos y ahí se dispuso la interrupción. También se desanularon actas en las que ganaba Evo Morales”, explicó Alvaro Andrade.

En la tarde del viernes, el TSE emitió un descargó en el que afirma que el informe final de Ethical Hacking “contradice” uno previo que había entregado al tribunal el 28 de octubre y asegura que, en este momento, se encuentran “a la espera de los resultados de la auditoría que está realizando el equipo técnico de la Secretaría General de la OEA”.

Pedidos de nueva elección

Apoyándose en el informe último de la auditora, Carlos Mesa acaba de pedir una nueva elección, mientras la auditoría de la OEA, que comenzó hace una semana, entra a sus últimos cinco días, en medio de una gran convulsión en La Paz.

Luis Fernando Camacho, presidente del Comité pro Santa Cruz, está en La Paz a la espera de entregarle la carta de renuncia a Evo Morales y anunciará este viernes cuándo lo hará junto al movimiento cívico y el Conade. También confirmó su distanciamiento de Carlos Mesa, porque asegura que éste intentó validar la auditoría de la OEA. Mesa no apoya la renuncia de Evo Morales, mientras que ese es el principal pedido de Camacho.

El candidato presidencial de CC le ha demandado unidad y dijo que no quiere confrontar con él. A la demanda de unidad se sumó el también opositor Samuel Doria Medina.