El papa Francisco emprendió ayer su histórica visita a Corea del Sur, en el que será su tercer viaje internacional tras Brasil y Tierra Santa, y donde llevará su interés en la evangelización de Asia y su deseo para la reconciliación de la península, 15 años después de la última visita de un pontífice a ese continente.

Una de las razones de la visita del pontífice a Corea del Sur es la celebración de la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA), que se desarrollará en la ciudad de Daejeon, la quinta más grande del país, entre el 14 y el 17 de agosto, aunque le pontífice permanecerá hasta el 18.

Los católicos suman poco más de cinco millones, una décima parte de la población de Corea del Sur, pero su presencia no pasa desapercibida. Los católicos de este país son en general activos practicantes, tanto en la iglesia como en la calle.

No obstante, será difícil que la visita sirva para el acercamiento de las dos Coreas dada la negativa de las autoridades norcoreanas a la invitación de los organizadores de mandar una representación de los católicos presentes en su país.

La visita, además de apostólica, tiene un cariz de histórico y un fuerte costado político, ya que sólo un tres por ciento de quienes habitan el continente asiático son católicos y su predecesor, Benedicto XVI, no logró visitar la región en su pontificado.

Jorge Bergoglio ya había señalado el año pasado, al regresar de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en Río de Janeiro, que Asia sería una de sus prioridades. Y ahora, un año más tarde, incluso ya está programada la próxima visita al continente asiático para enero de 2015 a Sri Lanka y Filipinas.

Es que Francisco decidió hacer un gran desvío sobre Europa, continente que encabezaba la lista de visitas de sus antecesores, marcando un nuevo rumbo que apunta a dar prioridad a los ‘márgenes‘ en la institución.

El Papa llegará hoy a Seúl y tras celebrar una misa en la nunciatura, donde se alojará, se trasladará a la sede de la Presidencia para reunirse con las autoridades y con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye.

El viernes viajará en helicóptero hasta Daejeon, donde celebrará la misa de inicio de la JJA en el estadio que fue escenario del Mundial de Fútbol en 2002 y posteriormente se trasladará al santuario de Solmoe, donde se reunirá con jóvenes procedentes de 23 países asiáticos. Serán cerca de 6.000 los jóvenes presentes, 2.000 de ellos procedentes de otros países asiáticos.

Francisco, que visita el país asiático después de que Juan Pablo II lo hiciera en 1984 y 1989, acudirá el sábado a Gwanghwamun para la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y otros 123 mártires, asesinados por su fe en 1791 con la llegada del cristianismo a Corea. Télam-EFE.