Joao Vaccari, extesorero del Partido de los Trabajadores (PT), de la mandataria brasileña Dilma Rousseff y su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, fue condenado ayer a 15 años y cuatro meses de cárcel por las corruptelas en Petrobras.

La pena fue dictada por el juez Sergio Moro y convierte a Vaccari en el primer político condenado por el escándalo en esa empresa
estatal, por el que la Justicia investiga a medio centenar de dirigentes del PT y otros seis partidos, en su mayoría de la base que apoya a Rousseff.

Vaccari es, además, el segundo extesorero del PT condenado a prisión desde que ese partido asumió al poder en enero de 2003 con
Lula, a quien la Policía Federal pretende interrogar pues sospecha que también pudo haberse beneficiado de la trama en Petrobras. El antecesor de Vaccari en la tesorería del PT, Delubio Soares, se encuentra en prisión domiciliaria y cumple una pena de ocho años
por su participación en un sonado caso de sobornos parlamentarios denunciado en 2005, en medio del primer mandato de Lula, padrino político de Rousseff, quien asumió el poder en enero de 2011.

Entre los 25 condenados por ese escándalo de sobornos figuró el exministro José Dirceu, otro importante líder del PT, considerado en la época como la “mano derecha” de Lula y ahora también procesado por su presunta participación en las corruptelas en la petrolera. Según sostienen las autoridades, Dirceu fue uno de los ideólogos de la red de corrupción en Petrobras, en la que habría participado aun estando preso por los escándalos de 2005.

En la decisión divulgada ayer, el juez Moro consideró a Vaccari culpable de los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y
asociación ilícita, acusación que ha sido rechazada por el dirigente del PT y por esa propia formación.

El “caso Petrobras” salpica a una veintena de grandes empresas privadas, que según las autoridades obtenían contratos amañados con la petrolera, inflaban sus valores y luego repartían las diferencias con exdirectores de la petrolera y políticos que amparaban elfraude.

Entre las firmas implicadas están varias de las más reconocidas constructoras de Brasil, que también operan en otros países.

Fuente: Efe