A dos meses del incendio. Sin fieles ni coro, una treintena de sacerdotes asistieron a la misa en París.

La catedral parisina de Notre Dame celebró ayer su primera misa a dos meses del incendio que destruyó gran parte de la histórica construcción, ante unas 30 personas que debieron asistir con cascos de obra a causa de que todavía hay riesgos de derrumbe, informó la administración del edificio.

Sin fieles ni coro, con apenas una treintena de sacerdotes y algunos pocos voluntarios alumbrados por faroles móviles, se hizo la misa que fue transmitida en vivo por la cadena católica KTOTV.

Como una muestra del estado en que quedó la Catedral, el arzobispo de París (Francia), Michel Aupetit, ofició la misa con un casco blanco. "La catedral sigue viva", dijo Aupetit, al comienzo de la ceremonia en la que se recuerda la fiesta de la Dedicatoria, una de las más importantes para Notre Dame ya que se festeja su inauguración religiosa.

"Notre Dame de París está aún en situación frágil, especialmente en la bóveda que puede derrumbarse", aseguró el ministro de Cultura, Franck Riester.

Riester fue uno de los pocos invitados a esta primera misa que se realizó en una pequeña capilla ubicada detrás del coro, uno de los pocos lugares seguros de la Catedral.

Decenas de fieles se acercaron a la Catedral para seguir desde afuera la primera misa. Muchos siguieron con sus celulares la transmisión de KTOTV, que además mostró imágenes de Notre Dame en las que se veía una estatua de la virgen María rodeada de andamios y los plásticos que cubren los agujeros del techo quemado por el incendio.

Stanislas de Laboulaye, encargado de la reconstrucción, aseguró que todavía queda limpiar la catedral "contaminada por el plomo" que recubría la cubierta y la aguja de Viollet-le-Duc y que se fundió por las llamas. El incendio se produjo el 15 de abril y todavía no están claras la causas del fuego. Entre 60 y 150 obreros trabajan cada día para la reconstrucción, que podría tardar unos cinco años.