En una nueva medida migratoria restrictiva, el gobierno de Donald Trump anunció ayer que cerca de 200.000 inmigrantes salvadoreños perderán su protección legal en septiembre de 2019 y tendrán tres opciones: volver a su país, conseguir una residencia legal en EEUU o ser perseguidos por la amenaza de la deportación.

En medio de una disputa por la regularización de miles de niños inmigrantes y por la expansión del muro fronterizo con México, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense informó que pondrá fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) que el país otorgó en 2001 a los salvadoreños que estaban en EEUU tras los devastadores terremotos de enero y febrero de ese año. "Ya no existen las condiciones originales causadas por lo terremotos".

Los salvadoreños inscritos en el TPS son 195.000 y se estiman que de ellos depende un número similar de familiares, muchos de ellos hijos menores de edad que nacieron en USA y tienen ciudadanía.

Bajo la presidencia del republicano George Bush padre, el Congreso estadounidense estableció un procedimiento que permite al gobierno otorgar, de manera extraordinaria, un permiso temporal de residencia y trabajo a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos, epidemias o desastres naturales, el TPS.

Ese permiso no abría ninguna vía para la residencia permanente ni ningún otro estatus de regulación migratoria. Sin embargo, de todos los programas de protección migratoria que tiene EEUU, el TPS es uno de los más integrales: otorga permisos temporales de residencia y trabajo a ciudadanos de países que atraviesan condiciones extraordinarias.

Los salvadoreños son el grupo nacional más grande que goza de este tipo de protección en Estados Unidos y hasta hoy fue renovado 11 veces. Pero este beneficio llegará a su fin en 2019.