La cercanía de 300 barcos pesqueros chinos en las costas chilenas encendió las alarmas del gobierno del presidente Sebastián Piñera y de organizaciones ambientalistas.

La flota, que se desplazó por el Océano Pacífico, se mantuvo entre julio y agosto en los alrededores del Parque Nacional Galápagos, ubicado en Ecuador, pero después de acercó a las costas peruanas y ahora se encuentra a solo 400 millas náuticas al noreste de la Zona Exclusiva Económica de Chile.

"Nos encontramos preocupados y en alerta frente a esta situación", reconoció el subsecretario de Pesca, Román Zelaya, quien aseguró que se está realizando un monitoreo permanente de los barcos chinos.

Esto tiene un doble objetivo, por una parte cautelar nuestro patrimonio y fronteras marítimas y, por otro, combatir la pesca ilegal. 

Funcionarios de la Armada de Chile detallaron este jueves en conferencia de prensa los pormenores del operativo de vigilancia de la flota. 

"Estamos totalmente atentos y tenemos el control de todo el tráfico marítimo que se mueve en la zona,específicamente el tema de los pesqueros chinos del que tanto se está hablando", señaló el Director de Seguridad y Operaciones Marítimas, Erick Solar.

¿Peligro?

El Jefe de Departamento de Pesca, Rodrigo Lepe, añadió que los barcos chinos son buques que hacen pesca selectiva de calamares a través del encendido de focos de alta potencia que usan por las noches, y que es una actividad común, legal y que de momento no han invadido aguas chilenas.

"Es una pesca selectiva, este gancho no atrae tiburones o peces, solo calamares. Este buque factoría procesa de inmediato el recurso y lo almacena, a este buque no se le pueden poner redes para pesca rápida, no tiene capacidades técnicas, para poder decir que pescan [otras especies] deben detenerse y estar por lo menos cinco horas para poder capturar algo, todos estos buques tienen estas características", dijo.

A pesar de que la Armada intentó enviar un mensaje de tranquilidad con respecto al riesgo que representa la flota, desde Oceana, una organización no gubernamental que protege los océanos del mundo, advirtieron la importancia de monitorear a los barcos chinos para evitar que realicen pesca ilegal.

César Astete, representante de Oceana Chile, explicó que de los 300 barcos detectados en un primero momento, ahora solo se ha podido identificar la señal de 126 de ellos, lo que no implica que el resto se haya retirado del océano sino que podrían haber apagado sus sistemas de rastreo. 

"Esto representa un riesgo porque las áreas marinas protegidas se han ido transformado en reservas de biodiversidad, por lo tanto, desde la planificación pesquera son áreas muy relevantes comercialmente", dijo Astete.

Marla Valentine, analista de Pesca Ilegal y Transparencia de Oceana, agregó que hay que estar atentos a la reducción del número de los barcos. "El tamaño de esta flota debería ser motivo suficiente de preocupación y, aún más, cuando es probable que estén apagando sus sistemas de identificación automática", dijo.