El proyecto para reformar el sistema electoral binominal de Chile, ingresó al Congreso y comenzará a ser tratado desde hoy. La iniciativa, busca renovar las leyes de elecciones primarias, de voto voluntario y de elección directa de consejeros regionales.

El ministro de la Presidencia, Cristián Larroulet, explicó que esta propuesta a los presidentes de los dos partidos oficialistas, Patricio Melero, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), y Carlos Larraín, de Renovación Nacional (RN). Según Larroulet, esta iniciativa de 16 páginas, permitirá que haya más competencia y más oportunidades para el elector, al tiempo que seguirá facilitando la gobernabilidad al favorecer los acuerdos.

El sistema binominal vigente, heredado de la dictadura, establece la elección de 2 cargos parlamentarios por cada distrito o circunscripción y una lista, para elegir ambos, necesita obtener más del 66 % de los votos, mientras que a la minoría le basta un 33% para ganar uno de los cargos. Este mecanismo, que ha permitido a la derecha controlar la mitad del Congreso con poco más de un tercio de los votos, ha asegurado una gran estabilidad pero también la pervivencia de la estructura política y económica diseñada por Augusto Pinochet.

La propuesta del Gobierno conservador implica mantener en 120 el número de diputados y subir de 38 a 40 el de senadores, además de proponer una modificación de los distritos. Para los diputados, se pasará de 60 a 30 distritos: en 4 se elegirán 6 diputados, en 22 resultarán electos 4 parlamentarios y en 4 sólo se elegirán a 2. En el caso de los senadores, se creará una nueva circunscripción, correspondiente a la región de Arica y Parinacota (norte).

Ahora, el oficialismo deberá conseguir el respaldo de los otros grupos en la Cámara de Diputados y en el Congreso, donde no cuenta con mayoría, lo que impidió que no se sancionen varias leyes.

Entre ellas está la ley que establece la inscripción automática y el voto voluntario -frente a la anterior inscripción voluntaria y el voto obligatorio-, que incorporó al padrón a casi 5 millones de chilenos y que se estrenó en las municipales de octubre con una abstención del 60%. Piñera también impulsó la ley de primarias que da un marco legal a la celebración de estas elecciones para elegir a los candidatos en el seno de los partidos.