Nos estamos refiriendo al comercio con el Brasil, porque desde el mes de abril China se ha transformado en el primer cliente comercial de los brasileños, algo que no había ocurrido nunca antes en la historia. Durante 300 años, lo que duró el período colonial, Portugal fue el primer cliente comercial, durante el primer siglo de la independencia Gran Bretaña ocupó este sitial, y a partir de 1930, fue EEUU el que se impuso hasta el mes pasado.
Este cambio es una consecuencia de las profundas transformaciones, que está produciendo la crisis financiera y económica que no deja de azotar al planeta. La recesión está pegando duramente a los estadounidenses, lo que ha motivado que las compras de productos brasileños sean cada vez menores. Lo mismo ocurre con los países que integran la Unión Europea. En cambio China no ha hecho más que incrementar año tras año sus compras al Brasil. Entre el año 2000 y el 2008, las adquisiciones han aumentado 15 veces, y sólo entre el 2007 y el 2008, la progresión ha sido del 75%.
Esta novedosa situación presenta un aspecto positivo y otro negativo. Lo bueno es que la aparición de este nuevo y gigantesco cliente comercial, le va a permitir a los brasileños superar la actual crisis en mejores condiciones.
Lo malo es que casi la totalidad de las exportaciones brasileñas a la China están constituidas por soja, mineral de hierro y otras materias primas. Es muy poco lo que se exporta en bienes manufacturados y semimanufacturados, que son precisamente los que necesitan de mucha mano de obra para su elaboración. Es decir que se exporta mucho pero no se crean necesariamente nuevos empleos.
Por el momento, la balanza comercial favorece al Brasil, lo que significa que los chinos venden relativamente poco en el mercado brasileño. Aunque hay que esperar que en algún momento, los asiáticos reclamen, que los brasileños les compren más, sobre todo artículos electrónicos. Esta situación puede llegar a ser perjudicial para el propio desarrollo industrial de nuestros vecinos. Por la simple razón de que los chinos no tienen competencia con los precios a los cuales pueden vender este tipo de productos.
Aunque la realidad hoy es que China es el principal cliente comercial de Brasil, y lo seguirá siendo. Situación que ha comprendido perfectamente el presidente Lula Da Silva, que a partir del 19 de mayo comienza un viaje que lo llevará a recorrer diferentes ciudades chinas. Irá acompañado de un nutrido grupo de funcionarios y empresarios.
¿Qué implica esta nueva situación para Argentina? Pues en principio es positivo, nosotros somos el tercer socio comercial del Brasil, luego de la China, y EEUU. Por lo tanto todo lo que ayude a mantener la estabilidad y el crecimiento económico brasileño es también beneficioso para nosotros. El riesgo es el mismo que para los brasileños, que el país resulte abarrotado de bienes industriales chinos y perjudicarán a la industria.
Para San Juan, los beneficios pueden ser notables: si Brasil sale adelante, seguirá siendo comprador de las cales y pasas sanjuaninas a lo cual podremos agregar otra infinidad de productos. Además se terminará admitiendo que parte de lo que hoy Brasil vende a la China, será más conveniente derivarlo por el corredor bioceánico que nuestra provincia trata de desarrollar, y la construcción del túnel de Agua Negra será una realidad. Precisamente enfrente de Coquimbo está la China.
