China es uno de los países más golpeados por la pandemia del Coronavirus ( Orthocoronavirinae), pero tras realizar un bloqueo nacional de dos meses, volvió a reabrir los mercados callejeros en los que se pueden ver a perros y gatos dentro de jaulas oxidadas.

Murciélagos y escorpiones se venden como medicina tradicional, mientras que los conejos y patos sacrificados están en el piso lleno de sangre, suciedad y restos de animales.

Desde el gobierno del país asiático, alentaron a las personas a volver a la vida diaria normal para impulsar la economía afectada por la paralización. 

El último 27 de marzo, miles de clientes acudían en masa al mercado ubicado en Guilin, en el suroeste de China, que tenía una de carne fresca de perros y gatos, un plato tradicional de invierno "cálido". La situación se repitió en el mercado de Dongguan, en el sur del país asiático.

En Wuhan, de donde según especialistas habría salido el coronavirus, se vendían en el mercado hasta un centenar de especies, entre las murciélagos y serpientes. En el lugar también había mariscos para consumo humano, pero también otros animales vivos que esperaban en jaulas su destino y todos estaban en pésimas condiciones higiénicas.

China consiguió controlar la epidemia después de meses de lucha pero teme los casos "importados" del extranjero. Por eso redujo drásticamente sus vuelos internacionales y cerró temporalmente sus fronteras.