La nueva variante del coronavirus descubierta en Inglaterra podría ser entre un 30 y un 40 por ciento más mortífera que la cepa original, aseguraba el viernes el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.

En base a estudios recientemente publicados, el mandatario británico aseguraba que "no solo se transmite más rápido, sino que también parece que empieza a asociarse con una mayor tasa de mortalidad".

Sin embargo, expertos británicos en salud expresaron hoy su "sorpresa" por los dichos de Johnson, advirtiendo que no existen evidencias certeras para hacer esa afirmación.

La directora de la Sanidad Pública Inglesa, Yvonne Doyle, explicó a la cadena BBC que todavía "no está absolutamente claro" que la variante hallada en el sur de la isla sea más letal. "Hay alguna evidencia", reconoció, pero aclaró que "todavía es demasiado pronto como para asegurar algo".

Un miembro del panel de expertos del Gobierno británico (SAGE), Mike Tildesley, coincidió con su colega y confesó que el anuncio de Johnson lo había "sorprendido", según declaraciones que reproduce la agencia de noticias Europa Press.

"Me hubiera gustado esperar una semana o dos más, y supervisar un poco más la situación antes de sacar conclusiones realmente sólidas al respecto", manifestó Tildesley, quien reconoció que era cierto que el número de muertes había aumentado ligeramente, pero señaló que esa estimación se basa "en una cantidad relativamente pequeña de datos".

Otros expertos defendieron esta afirmación, como el principal asesor científico del primer ministro, Peter Horby: "Si la información no se hubiera divulgado, el Gobierno podría haber sido acusado de encubrirla". Horby aseguró que hay indicios de que la cepa es marginalmente más letal, pero aclaró que el riesgo de muerte aún era "muy, muy pequeño" para la mayoría de las personas.

Fuente: Minuto Uno