Uruguay cerró ayer la campaña hacia las elecciones presidenciales que en tres días decidirán si un ex guerrillero mantendrá a la izquierda en el poder o volverá al Gobierno un ex mandatario conservador.

Seis sondeos de intención de voto previeron una cómoda victoria el domingo de José Mujica, del gobernante Frente Amplio, sobre Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, una de las dos corrientes políticas históricas del país. Las encuestas dieron entre un 49,1 y un 50 por ciento a Mujica y entre un 41 y un 42,7 por ciento a Lacalle, una ventaja considerada prácticamente irreversible por analistas, salvo una "catástrofe".

Desde anoche comenzó una veda a toda propaganda proselitista, para un período de "reflexión" que se extenderá hasta el domingo, cuando 2,56 millones de los 3,3 millones de habitantes del país están habilitados para votar.