Sin ocultar el susto, varios sanjuaninos que viven en España fueron testigos del sacudón que conmocionó a la nación europea. El segundo de los dos sismos ocurridos ayer se sintió "muchísimo, fue tremendo. El piso se me movió para todos lados. Los habitantes de (la región de) Murcia han estado muy asustados porque esto ha sido algo que no se esperaba", contó el odontólogo sanjuanino José Luis Calvo Guirado, que vive en la ciudad de Murcia, capital de la región.
Esa ciudad está a unos 60 kilómetros de Lorca, la zona más afectada por los dos sacudones de ayer. Cuando ocurrió el segundo de los temblores "estaba atendiendo un paciente, que se asustó mucho. Se levantó del sillón odontológico porque no entendía nada cuando se le movía todo para todos lados", agregó el especialista de 44 años, que vive desde los 23 en el país europeo.
En España, Calvo Guirado tiene a su esposa y sus dos hijos (Martín de siete meses y Candela un año y siete meses). Aunque su trabajo está en el primer piso de un edificio, su casa está en una octava planta. Previendo que el impacto hubiera sido superior, "llamé a casa y me dijeron que se había movido bastante. Estaban un poquito asustados porque los niños son muy pequeños".
Al admitir que en la ciudad de Murcia el temblor no fue tan fuerte como en Lorca, el odontólogo reconoció que en su casa "se cayeron algunos objetos". Calvo, conocido en la provincia por desempeñar varias actividades solidarias, recordó que ayer tuvo sensaciones parecidas a las que vivió en el terremoto que ocurrió en San Juan en 1977.
"Por eso ahora (ayer) estaba preparado. Inmediatamente saqué al paciente y lo llevé hacia el marco de la puerta. De todos modos (el impacto en la ciudad de Murcia) fue prácticamente mínimo. El de 1977 fue mil veces peor, se me pasaban los minutos como horas porque no sabía cuando iba a terminar de temblar".
Tras recordar que éste es el más fuerte del par de sismos que vivió desde que está en España, Calvo Guirado dijo que en la ciudad de Murcia no han quedado ruinas como en Lorca. Aunque los vecinos "se han asustado porque no están acostumbrados (a los sismos). Algunos estaban un poco shockeados. Pero otro lo tomaron con normalidad. El español de por si es una persona muy tranquila. No es como los argentinos que nos preocupamos por todo", comentó el odontólogo que se recibió en Córdoba y se doctoró en España.
A ese país llegó hace casi diez años otro sanjuanino que ayer fue testigo del sacudón. Se trata de Simón Romera, que tras su paso por Málaga y Madrid terminó en la ciudad de Murcia, hace 3 años. Al momento del sismo, "estaba en mi casa con mi novia y mi tía, que también es sanjuanina. Nos quedamos cerquita de la vigas, que hicieron un poco de ruido en el edificio. Pero bueno, lo aguantamos con calma. Yo creo que más que nada porque somos sanjuaninos y sabemos sobre temblores".
En la calle, "escuché alguno que otro grito. Más bien eran expresiones de intranquilidad. De todos modos, como el sacudón duró cerca de un minuto, la gente no tuvo tiempo salir a la calle", comentó Simón (31 años), que vive junto a su novia. Pero "a mí se me hizo muy largo. Son de esos sismos que tienen distintas variaciones de movimiento. Ahí es cuando crujen las vigas y uno se inquieta".
Tras detallar que en su casa se movían estanterías, agregó que "el padre de un amigo que vive a dos cuadras contaba que tuvo que sujetar un armario donde guardan cristalería porque se le rompía todo". Simón, que hasta hace poco estuvo trabajando en una importadora, contó que lo de ayer hubiera sido distinto si hubiera ocurrido en San Juan. "No es como estar en San Juan. Cuando te agarra un temblor de esta magnitud ni te enterás prácticamente. Por lo menos estás confiado en que van a resistir las estructuras. Un temblor de cinco grados en San Juan a lo mejor no lo miramos como algo grande. Pero acá lo vemos como un temblor fuerte".
Aunque en Málaga no llegó a sentirse, hubo momentos de preocupación cuando la sanjuanina Verónica Martín se enteró de que el sismo fue en Murcia, donde vive una amiga suya. Tras enterarse de la noticias, "le llamé a Noemí (también sanjuanina). Nos contó que lo sintieron bastante fuerte y que los murcianos están muy asustados. Nunca han vivido nada parecido".

