La lluvia se convirtió en el nuevo enemigo de los rescatistas, que a contrarreloj pusieron en marcha la segunda parte del operativo para rescatar de la cueva en Tailandia a los ocho chicos y al profesor que siguen atrapados en el lugar. "Estamos tan listos como antes, y lo haremos más rápido porque tenemos miedo de la lluvia", dijo el gobernador interino de la provincia de Chiang Rai Narongsak Osatanakorn.

Durante la mañana del domingo de la Argentina, las autoridades informaron que habían rescatado a cuatro niños, que fueron trasladados al hospital y están en perfecto estado de salud. También anunciaron que las tareas se pausaban hasta poner en condiciones el camino por donde se movían los buzos. Ahora, ese tiempo de espera se acabó y volvieron al trabajo para socorrer a los restantes miembros del grupo.

Pero la cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia, se convirtió en una verdadera trampa mortal. La distancia entre la entrada de la caverna y el lugar donde están atrapados los chicos es de 4 kilómetros, que deberán ser atravesados en varios trayectos bajo el agua y en otros a pie, tal como fue en la primera etapa del rescate.

Según se estima, las condiciones climáticas para hoy serán más difíciles que las experimentadas en la primera parte, con lluvia permanente y fuertes correntadas en los cursos de agua dentro de la cueva. Mientras tanto, una vez que hayan sido reemplazados los tubos de oxígeno a lo largo de todo el recorrido que hacen los buzos por más de 11 horas, el operativo podrá comenzar.

Voceros de la dirección del operativo afirmaron que hay "dos obstáculos: el agua y el tiempo". En ese sentido, destacaron que "la lluvia empezó a caer en la zona" y ese es el principal obstáculo contra el que están luchando. "Lo que podemos hacer se hace contra la fuerza misma de la naturaleza", explicó uno de los portavoces.  

Según información difundida por los rescatistas, la cuestión climática será mucho más determinante en esta segunda jornada de operación. La estación de lluvias en Tailandia recién está comenzando y se espera incluso que las inundaciones dentro de la caverna sean peores con el correr de los días. Algunos de los tramos con agua más profunda se encuentran cercanos a la planicie donde está el resto de los chicos atrapados.

El operativo: fase dos

El operativo incluye una etapa en la que se "prepara" psicológicamente a los niños para que puedan llevar a cabo el trayecto. La preparación incluye charlas para que los chicos tengan toda la información sobre lo que se va a hacer durante el rescate.

Pero además la meta de los rescatistas es que los nenes, antes de iniciar el recorrido, puedan estar habituados a las técnicas de buceo, para evitar episodios de pánico que comprometa su salud.

Los cuatro chicos que salieron en primer lugar de la cueva, de acuerdo a lo que reportan medios internacionales, eran los más "débiles" y fueron elegidos por el propio grupo. El resto de los niños y el entrenador podrían tener que esperar hasta cuatro días más en la gruta.

El embajador tailandés en Argentina, Narisroj Fuangrabil, por su parte, afirmó que "los cuatro chicos rescatados están siendo atendidos y ya pudieron reunirse con sus familias".

El grupo de buzos está integrado por 90 profesionales, 40 locales y 50 extranjeros y trabajaron durante toda la semana para establecer un sistema de entrada y salida al interior de la cueva. El trayecto total para los buzos puede llegar a ser de hasta 11 horas entre el viaje de ida y de regreso.

Cada chico es acompañado por dos rescatistas. Para realizar todo el recorrido el operativo prevé que usen máscaras de buceo completas, que les permitirá, además de respirar por la nariz, comunicarse con el par de buzos que lo acompañan.

"Esta es la situación más aterradora que una persona podría atravesar", dijo el coordinador nacional del operativo Anmar Mirza. "No se puede hacer una película de terror que se pueda comparar. He estado involucrado en el rescate de cuevas durante 30 años y no puedo ni siquiera piensa en uno que sea así de complicado", sentenció.