Después de hacerse con el control de la capital, Trípoli el domingo y tener al menos dos de los hijos del dictador, los rebeldes libios parecen hallarse al borde de la victoria final tras meses de sangrientos combates, pero su presa mayor, el propio Muamar Kadafi, no aparece y nadie puede asegurar que aún esté el Libia.
Por lo pronto, la OTAN ha renovado los bombardeos sobre el complejo Bab Al-Aziziyah donde habitualmente reside Kadafi.
Los rebeldes quieren ponerle las manos encima, al igual que la Corte Penal Internacional. Pero primero deben encontrarlo. Lo único seguro es que el régimen que lideró por más de 40 años tiene las horas contadas.
El ruido de las balas se escucha aún en la capital -que los insurrectos dicen ya controlar en un 95 por ciento- y otros puntos del país, donde soldados leales al dictador, y en particular grupos de francotiradores, todavía ofrecen resistencia.
Los insurgentes han tomado posiciones en la mayoría de los barrios tripolitanos y rodean el complejo presidencial, donde no se sabe si aún está el líder libio.
‘No creemos que se esconda en su palacio de Bab El Aziziya‘, indicó uno de los jefes militares rebeldes. Otras fuentes han situado a Kadafi en un búnker no lejos del barrio de Tadjoura, donde estaría bajo la protección de una brigada dirigida por su propio hijo Khamis.
Varias hipótesis apuntan a una supuesta huida a su ciudad natal, Sirte, o hacia el vecino Chad, que preside su amigo Idriss Deby, teorías que no han podido ser confirmadas.
Kadafi no aparece en público desde mediados de junio y las transmisiones por televisión de los largos discursos del caudillo, han dejado paso a declaraciones telefónicas con mal sonido enviadas desde escondites desconocidos.
Al principio de los levantamientos, Reino Unido dijo creer que Kadafi estaba camino a Venezuela para aprovechar la hospitalidad de su amigo Hugo Chávez.
Eso resultó ser falso. Pero en las últimas semanas los rumores sobre que había un avión venezolano en un aeropuerto libio renovaron las especulaciones de que el gobernante podría estudiar esa vía de salida.
Sea cual sea su escondite, Kadafi debe estar contemplando su destino y considerando el de otros líderes derrocados.
El egipcio Hosni Mubarak está siendo juzgado por ordenar el asesinato de manifestantes en las revueltas populares que pusieron fin a su gobierno en febrero.
En tanto, el tunecino Zine el Abidine Ben Ali, el primero en caer en la Primavera Arabe, está exiliado en Arabia Saudita pero está siendo juzgando en ausencia.
Después de una larga búsqueda, Saddam Hussein fue hallado escondido en un escondite subterráneo nueve meses después de la invasión de Irak en 2003. Tras un juicio, fue ahorcado y las imágenes se emitieron por televisión. Sin embargo, un juicio supervisado por la comunidad internacional podría ser la mejor opción para Kadafi.

