Apuñalado. El momento en que el candidato Jair Bolsonaro recibe una puñalada en el abdomen durante un acto en Juiz de Fora, una de las ciudades más importantes de Mina Gerais.

Mientras avanzan las investigaciones policiales sobre el ataque al candidato presidencial brasileño de derecha Jair Bolsonaro, surgen datos que sorprenden. El victimario, Adelio Bispo de Oliveira, era en un inicio un señor con instrucción terciaria. Pero según las últimas informaciones es tan sólo un ayudante de albañil, que suele cambiar de empleo y de vivienda con mucha frecuencia. Ahora se sabe que el hombre alquiló, dos semanas antes, un cuarto en una casa de dos pisos en pleno centro de Juiz de Fora, la ciudad del estado sureño de Mina Gerais donde fue apuñalado en el abdomen el diputado en un acto de campaña. Y además decidió pagar por adelantado 400 reales (100 dólares) en dinero. Entre los "bolsonaristas" se sabía, ya, que el presidenciable iría en septiembre.

Según describió el diario Estado de Sao Paulo, Adelio se comportó en forma muy reservada. Y apenas lo vieron una vez comprando pan. El otro dato que trascendió en las esferas policiales fue que había cuatro celulares y una notebook en el cuarto del atacante. La pregunta que se hacen muchos en Brasil es cómo consiguió poseer tantos aparatos, y además pagar anticipadamente la pensión, cuando Oliveira tenía muy escasos ingresos.

Aunque algunas sospechas apuntan a que el acto fue organizado por alguien más, los defensores dicen que el imputado actuó por su propia cuenta y con una motivación política. Estaba irritado por el "discurso de odio" de Bolsonaro. "El afirma que actuó en forma solitaria y que no tuvo la ayuda de otras personas", declaró su abogado Zanone Manoel.

En medio de las hipótesis de complot, hay también otro elemento sorprendente. Cómo una familia de escasos ingresos logra pagar la defensa del imputado por el delito, en la que participan nada menos que cuatro profesionales. Según Zanone, el grupo familiar decidió sostenerlo "por una cuestión de iglesia y de familia". Para completar el escenario, la familia tuvo que mudarse de su lugar de residencia en Montes Claros, a unos 800 kilómetros de Juiz de Fora. La razón es evitar "represalias" por el atentado. Ellos dijeron que se habían mudado "al campo", pero mantuvieron en sigilo el lugar. Adelio, a su vez, fue trasladado a una prisión federal para garantizar su seguridad.

Según lo informado ayer por sus médicos, el estado de salud del ultraderechista Jair Bolsonaro,
líder en los sondeos para las elecciones presidenciales de octubre en Brasil y que fue acuchillado el jueves en un mitin, evoluciona bien, aunque permanece en una unidad de cuidados intensivos.


El polémico candidato "se mantiene consciente y en buenas condiciones clínicas", según el
boletín médico divulgado por el Hospital Albert Einstein de Sao Paulo, uno de los más prestigiosos de Brasil y al que el candidato fue trasladado el viernes tras haber sido sometido un día antes a una delicada cirugía en la ciudad de Juiz de Fora.

En el boletín, el centro médico indicó que el diputado permanece en una unidad de cuidados intensivos pero que no tuvo ninguna complicación en las últimas 24 horas; que sus condiciones pulmonar y cardiovasculares están buenas y que no presentó fiebre ni ningún síntoma de infección.

Agregó que todos los exámenes de laboratorio y de imagen a los que fue sometido mostraron resultados estables y se le dio "continuidad al tratamiento con buena evolución y sin necesidad de procedimientos adicionales por el momento".

"Estoy bien y recuperándome", afirmó Bolsonaro en un mensaje que publicó el viernes en las redes sociales.

Pérdida
El candidato Bolsonaro, al que una única cuchillada en el abdomen le provocó una grave hemorragia, tres heridas en el intestino delgado y una lesión en el colon, fue sometido el jueves a una delicada operación en Juiz de Fora. Fuentes médicas calculan que había perdido 40 por ciento de su sangre.


Giro de campaña de los candidatos

Los candidatos a las elecciones presidenciales de octubre en Brasil reanudaron ayer sus campañas tras haberlas suspendido el jueves por el atentado contra el líder en los sondeos, el ultraderechista Jair Bolsonaro, y lo hicieron con nuevas estrategias ante un ataque que cambió el rumbo de la disputa.

Los principales candidatos, que hasta el miércoles venían atacando al polémico aspirante por sus posiciones radicales y para restarle favoritismo, cambiaron sus mensajes ayer, se abstuvieron de nuevos ataques a Bolsonaro y pasaron a defender la tolerancia y una campaña pacífica.

De acuerdo con analistas, los candidatos admiten que el ataque contra Bolsonaro favorecerá electoralmente al ultraderechista, que ya es líder en los sondeos con un 22 por ciento del favoritismo y puede atraer nuevos electores por solidaridad o empatía.

El cambio de estrategia fue nítido en la campaña de Geraldo Alckmin, exgobernador de Sao Paulo y candidato por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien disputa votos con Bolsonaro entre electores de derecha y de centro y venía atacando duramente al ultraderechista en sus propagandas. Tanto Alckmin como los otros candidatos venían colocando al aspirante presidencial Bolsonaro contra la pared por sus polémicas posiciones, ya que el diputado es un defensor de la última dictadura militar en Brasil (1964-1985) y se ha caracterizado por sus insistentes declaraciones machistas, racistas, misóginas y homófobas.

La líder ecologista Marina Silva, segunda en los sondeos, reanudó su campaña con una "marcha por la paz" por las calles de Sao Paulo que atrajo a unos 30.000 seguidores.

El atacante, en un penal de máxima seguridad
El traslado del agresor. El atacante Adelio Bispo de Oliveira fue trasladado al presidio federal de la lejana ciudad de Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul, en el oeste de Brasil.

El autor confeso del atentado contra Bolsonaro fue enviado ayer a un penal de máxima seguridad en el que permanecerá aislado, informaron fuentes oficiales.

Adelio Bispo de Oliveira -arrestado tras el ataque, que admitió la autoría de los hechos y quien dijo que lo hizo por divergencias políticas y religiosas con el candidato y "por mandato de Dios"- fue trasladado al presidio federal de la lejana ciudad de Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul, estado del oeste de Brasil fronterizo con Paraguay y Bolivia.

El agresor, que será sometido a exámenes psiquiátricos a petición de sus abogados y ante las sospechas de que tiene problemas mentales, se encontraba desde el jueves en los calabozos de la Policía Federal en Juiz de Fora.

El traslado a una prisión de máxima seguridad y el régimen de aislamiento fueron ordenados el viernes por la jueza federal Patricia Alencar, que aceptó la denuncia contra el acusado por el delito de "atentado personal por inconformismo político". El traslado fue decidido en parte para garantizar la vida del acusado, que estará en una celda individual.