El papa Francisco pidió a los líderes mundiales que se comprometan a evitar "una espiral de violencia" en Jerusalén, luego de los enfrentamientos por la decisión estadounidense de trasladar a esa ciudad su embajada a contramano de las recomendaciones de la comunidad internacional.

Además, ratificó su "convicción" por una solución "de dos Estados" para los territorios en disputa entre Israel y Palestina. "La Santa Sede sigue con gran atención la evolución de la situación en Oriente Medio, con especial referencia a Jerusalén, una ciudad sagrada para los cristianos, para los judíos y los musulmanes de todo el mundo", expresó en un comunicado del Vaticano.

"Al expresar su pesar por los enfrentamientos que han causado víctimas en los últimos días, el Santo Padre renueva su llamado a la sabiduría y la prudencia de todos y eleva oraciones fervientes para que los líderes de las naciones, en este momento de particular gravedad, se comprometan a evitar una nueva espiral de violencia", puntualizó.

El Vaticano reclamó que se responda "con palabras y acciones, al anhelo de paz, de justicia y seguridad de las poblaciones de esa tierra atormentada".

El documento, en línea con el llamado a respetar el "status quo" de Jerusalén lanzado el miércoles por Francisco, aseguró que "las preocupaciones sobre las perspectivas de paz en la región son el tema estos días de diversas iniciativas, incluidas reuniones urgentes convocadas por la Liga de los Estados Árabes y la Organización para la cooperación islámica".

"La Santa Sede es sensible a estas preocupaciones y, al recordar las palabras sinceras del papa Francisco, reitera su posición conocida sobre el carácter singular de la Ciudad Santa y la ineludibilidad del respeto por el status quo, de acuerdo con las deliberaciones de la comunidad internacional y las reiteradas solicitudes de las jerarquías de las Iglesias y de las comunidades cristianas de Tierra Santa", planteó.