La presidenta Cristina Fernández se instaló ayer en un hotel de Roma a la espera de la reunión protocolar que mantendrá hoy con el papa Francisco. Vestida con pantalón, tapado siete octavos negro y cubierta con lentes oscuros, la jefa de Estado llegó en la tarde romana al exclusivo hotel donde se hospedará hasta el martes pero rechazó realizar declaraciones a la prensa sobre la elección de Jorge Bergoglio como Pontífice. A su arribo, la jefa de Estado fue conducida en un automóvil diplomático y con custodia policial a su hotel. Cristina se reunirá a solas con Bergoglio hoy pasado al mediodía de Roma, cerca de las 10 de Argentina, en la Casa Santa Marta. Mañana CFK asistirá a la misa de entronización del nuevo Papa para la cual mandatarios y personalidades de todo el mundo comenzaron a llegar ayer a Roma.