El partido oficialista de Perú mostró ayer una fuerte división y hasta desafió al Gobierno del presidente Alan García al ratificar a uno de sus dirigentes partidarios clave, acusado de corrupción en un caso que ha mellado la credibilidad de la actual administración.
El primer ministro de Perú, Javier Velásquez, rechazó la decisión del APRA de ratificar a Omar Quezada como secretario general institucional del partido, uno de los dos cargos más importantes del grupo político vigente más antiguo del país.
Quezada fue presidente hasta hace unos días de una entidad estatal que formalizaba predios públicos, cargo al que tuvo que renunciar luego de denuncias de que la entidad vendió a precios irrisorios y de forma irregular inmensos terrenos del Estado.
Este escándalo de corrupción había estallado poco después de que se difundiera un audio que comprometía al legislador y ex primer ministro Jorge del Castillo abogando por una empresa petrolera que buscaba menores pagos de regalías.
Tras la denuncia, Del Castillo tuvo que pedir licencia a la secretaria general del APRA, el segundo cargo más importante del grupo, luego de una reunión con el presidente García. "He pedido que en las próximas 24 horas el Comité Ejecutivo
Nacional pueda reevaluar y reconsiderar esta decisión que evidentemente no fija una posición muy clara del partido frente a los graves hechos que se vienen denunciando", dijo Velásquez.