El bloqueo de EEUU a Cuba y su exclusión del sistema interamericano irrumpieron ayer de lleno en la apertura de la V Cumbre de las Américas con reiteradas peticiones para que los norteamericanos levanten las sanciones a la isla caribeña.
"No estoy interesado en hablar por hablar. Pero creo que podemos llevar la relación entre EEUU y Cuba en una nueva dirección", sostuvo el presidente norteamericano, Barack Obama, en su discurso en la ceremonia inaugural de la V Cumbre de las Américas comenzada ayer en Puerto España, la capital de Trinidad y Tobago.
En su alocución, Obama expresó su disposición, expresada ya durante la campaña electoral, a que su Gobierno "aborde con el Gobierno cubano una amplia gama de asuntos, desde los derechos humanos y la reforma democrática a las drogas, la inmigración y asuntos económicos".
"EEUU busca un nuevo comienzo con Cuba", indicó el mandatario, que reconoció que será "un largo camino que debe recorrerse para superar décadas de desconfianza, pero hay pasos clave que podemos dar hacia un nuevo día".
Las declaraciones del presidente estadounidense representan el mayor hito en un proceso que se ha desarrollado a ritmo vertiginoso en los últimos días y que apuntan a un incipiente deshielo de las relaciones entre EEUU y Cuba.
La cuestión cubana, que está llamada a ser el gran tema de debate en la reunión iniciada ayer en Trinidad y Tobago, acaparó desde el inicio la atención de los jefes de Estado o de Gobierno de los 34 países participantes.
La gobernante argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que fue la primera en pronunciar su discurso por haber sido su país el anfitrión de la anterior cita continental, celebrada en 2005, pidió sin mayores preámbulos a Obama el levantamiento del embargo "anacrónico" que pesa sobre Cuba desde 1962.
Estimó que "a partir de escuchar a Cuba manifestar su apertura total para hablar de todas las cuestiones como derechos humanos, presos políticos, creemos sinceramente que estamos en las Américas ante la segunda oportunidad de construir una relación".
En ese sentido, la presidenta destacó "lo que ha hecho Obama al establecer la anulación de las absurdas restricciones impuestas por George Bush", que limitaban los viajes y envío de remesas desde Estados Unidos hacia la isla.
Hacia el mismo blanco enfiló sus baterías el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien dijo sentir "vergüenza" por estar en un cónclave en el que no participan ni Cuba ni Puerto Rico.
"Siento vergüenza de estar participando en esta cumbre (que), me niego a llamarla cumbre de las Américas", señaló el jefe de Estado nicaragüense, que habló durante 51 minutos.
En la apertura también intervinieron el primer ministro de Belice, Dean Barrow, en nombre de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), y el de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, en su condición de anfitrión.
Ambos reclamaron igualmente el fin del embargo y expresaron la necesidad de reformar el sistema financiero internacional para hacer frente a la crisis.
Hoy, a primera hora, Fernández de Kirchner participará de la reunión que los presidentes de UNASUR mantendrán con Obama, solución que encontró el mandatario norteamericano ante los reclamos de encuentros bilaterales individuales.

