EEUU reaccionó inmediatamente ayer al enterarse que la Cruz Roja confirmó haber visto "decenas de cadáveres", muchos de ellos de mujeres y niños, en fosas y entre escombros en Afganistán, en la provincia de Farah. Entre 100 y 120 personas, entre ellas muchos civiles, murieron allí durante unos bombardeos ocurridos el lunes pasado, dijo Mohammad Nieem Qadderdan, un gobernador de distrito de la zona.

Un funcionario del Gobierno de Estados Unidos, que pidió no ser identificado, dijo que aparentemente la muerte de los civiles habría sido provocada por bombardeos estadounidenses. Si se confirman esos datos, sería el incidente más sangriento entre civiles desde la caída del movimiento talibán en el 2001.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo ayer que sus funcionarios vieron a mujeres y niños entre las decenas de muertos y las miles de casas destruidas por los bombardeos en dos poblados del oeste de Afganistán, mientras que el ejército estadounidense envió a un general a la región para investigar.

El presidente de EEUU, Barack Obama, expresó ayer el "compromiso duradero" de su Administración para derrotar a la red terrorista Al Qaeda y apoyar a los Gobiernos democráticos de Afganistán y Pakistán.

Obama habló así en el atrio de la Casa Blanca tras sendas reuniones por separado con los líderes de ambos países, Hamid Karzai y Asif Zardari, y una cumbre trilateral. El afgano Karzai ordenó abrir una investigación por la matanza.

Mientras que Obama manifestó su decisión de aportar más tropas y recursos necesarios para Afganistán y destacó que Estados Unidos ya tenía previsto enviar a 21.000 soldados más y que los aliados de la OTAN también estaban incrementando su apoyo.

"El camino por delante será difícil, habrá más violencia y pasos atrás pero contamos con un compromiso duradero para derrotar a Al Qaeda y apoyar a los Gobiernos democráticos de Pakistán y Afganistán", afirmó Obama.

Horas antes, la secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton, lamentó profundamente la muerte de civiles, aunque sin implicar que hubiera alguna responsabilidad de Estados Unidos.

La muerte de civiles ha sido uno de los puntos de mayor fricción entre EEUU y Afganistán desde que los norteamericanos derrocaran a los talibanes, a fines de 2001. Las fuerzas estadounidenses y las comandadas por la OTAN acusan a los talibanes de pelear desde zonas civiles.