Multitudinaria despedida. Rodeado por banderas y entre cánticos militantes, los restos del expresidente Alan García dieron ayer su último recorrido por el centro histórico de Lima.

El expresidente peruano Alan García dejó una carta antes de suicidarse el miércoles último, que fue leída ayer por su hija Luciana durante el velatorio, en la que afirmó que tomó la fatal decisión para no sufrir "la injusticia" de ser detenido y que deja su cadáver como "muestra de desprecio" a sus adversarios.

En la misiva el exlíder del partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) explica las razones de su decisión y se refiere a su familia y a sus adversarios políticos.

Su hija Luciana García fue la encargada de compartir estas últimas palabras en las que el expresidente revela que ya tenía firme su fatal decisión. 

La epístola comienza con García refriéndose a su papel como político y miembro del aprismo. "Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento", señala el texto.

"Por eso y por los contratiempos del poder, nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente, porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones", prosigue. Luego detalla cómo "en este tiempo de rumores y odios repetidos" pudo ver cómo "se utilizan los procedimientos para humillar, vejar y no encontrar verdades".

Alan García continúa diciendo que por muchos años se situó "por sobre los insultos" y subrayó que "el homenaje de mis enemigos fue argumentar que Alan García era muy inteligente como para que ellos no pudieran probar sus calumnias". "He visto a otros desfilar esposados exhibiendo sus miserias, pero Alan García no tiene por qué sufrir más injusticias", agrega. Por último, señala que deja su cadáver "como una muestra de mi desprecio a mis adversarios, porque ya cumplí la misión que me propuse".

El féretro con los restos mortales del expresidente fueron trasladados en medio del fervor de sus adherentes desde la Casa del Pueblo hasta el crematorio Mapfre de Huachipa, donde llegaron al mediodía hora local.