La Unión Europea (UE) conmemora hoy en Roma (Italia) sus 60 años de historia, en un momento de persistente incertidumbre para el proyecto comunitario, debido a desafíos inmediatos como el de Reino Unido de Gran Bretaña, que consolida su decisión de salir del bloque, a través del Brexit. Aunque también se advierten ánimos renovados en Bruselas (capital de la UE) ante la pérdida de fuerza electoral de populismos antieuropeístas.
La conmemoración prevista para hoy en Roma de veintisiete países (porque el Reino Unido no asistirá ante su inminente divorcio de la UE) servirá de marco para que los jefes de Estado y de Gobierno acuerden una declaración conjunta sobre el futuro del proyecto europeo.


El aniversario llega en un año con muchos retos para la Unión Europea, dentro y fuera de su territorio. En clave interna, uno de los mayores quebraderos de cabeza en los últimos tiempos ha sido el auge de los movimientos euroescépticos, que parecen haber perdido impulso tras la derrota electoral del xenófobo Geert Wilders en Holanda.


El controvertido político había liderado durante meses las encuestas y había prometido un referéndum sobre la salida de la UE en caso de ganar y lograr formar Gobierno.


La derrota de la extrema derecha en Holanda refuerza su importancia si se tiene en cuenta que es el segundo gran varapalo que reciben los euroescépticos en los últimos meses (en Austria, la derecha perdió las presidenciales), y a tenor de lo que las encuestas proyectan para las dos próximas grandes citas electorales europeas: Francia y Alemania.


Según todos los sondeos, el liberal Emannuel Macron derrotará a la candidata derechista del Frente Nacional, Marine Le Pen, en las elecciones de abril y mayo en Francia.


Las proyecciones de voto también relevan a un segundo plano a la formación populista Alternativa para Alemania en los comicios germanos del próximo otoño, donde parece que la euroescéptica Frauke Petry cosechará menos de un 10 por ciento de votos, cediendo el protagonismo al duelo entre la actual canciller cristiano demócrata, Angela Merkel, y el aspirante socialista y expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz.


A ello se suma la recuperación económica y laboral, débil pero constante, que arrojan las estadísticas de los 19 países que comparten la moneda única (con la excepción de Grecia) como en el conjunto de la UE.


Más allá de las fronteras de la UE los retos tampoco son desdeñables, con continuos focos de tensión con Rusia y Turquía, la desestabilización que genera la guerra en Siria e Irak, el drama humanitario de los refugiados que intentan alcanzar Europa y los recelos que suscitan en Bruselas los mensajes proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.


Todo ello con una negociación del ‘brexit‘ con Londres que, entre las muchas dudas que suscita, por primera vez en seis décadas, evidencia que la integración europea no es un proceso irreversible.


Sin embargo, la UE, a pesar de los desafíos por su tamaño y de lo que para muchos parece un ‘imperio desbordado‘, es una historia de éxito sin parangón. Garantizó la paz en Europa. Solo hay que viajar a Ucrania y hablar allí con la gente para saber lo que significa paz. El mercado nacional y el libre comercio han permitido un bienestar increíble. La solidaridad de los países más ricos ha permitido que los más pobres puedan recuperarse y reducir diferencias. La gente puede viajar, los jóvenes pueden estudiar donde quieran y la gente puede trabajar y vivir donde desee. Todo esto hubiese sido una utopía hace 60 años, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Nadie lo hubiese creído posible.


A 60 años de un tratado clave, Europa tiene que hacer frente a desafíos y de varias fuerzas globales que enfrenta: el envejecimiento de la población, que impone un reto a la productividad, mientras la población económicamente activa decae; el rápido avance de la digitalización y automatización que expone a la economía europea a una nueva y disruptiva competencia e impone nuevos retos sobre el futuro del empleo y la creciente competencia de empresas de países emergentes y multinacionales digitales que elevan las presiones migratorias y que recrudecen sentimientos proteccionistas y nacionalistas. De acuerdo con una encuesta realizada por Ipsos, un 57 por ciento de los europeos piensa que la UE no va en la dirección correcta, mientras que un 46 por ciento opina que el bloque ha logrado que Europa sea más fuerte. Agencias

Robótica

30 por ciento de los empleos británicos podrían estar en riesgo por el avance de la automatización de rutinas (robótica).

‘Vacío de valores’

El Papa Francisco dijo a líderes europeos que el continente enfrentaba un ‘vacío de valores‘ en la conmemoración del 60 aniversario, condenando el populismo antiinmigrante y el extremismo que, aseguró, representaban una amenaza mortal para el bloque.

Comercio

64 por ciento de los europeos opina que el bloque económico ha contribuido al comercio y a la libre circulación de personas.