El miedo, el llanto y la desesperación invadieron ayer a varias personas por un fuerte sismo que provocó el colapso de varios edificios, uno de ellos de 17 pisos, en el sur de Taiwán.

El fuerte terremoto de 6,4 grados en la escala de Richter en la isla asiática sacudió ayer la ciudad de Tainan, al sur de Taiwán, dejando al menos 18 muertos, entre ellos, una niña de 10 días.

Además se reportaron 505 heridos (más de una veintena de gravedad) y más de 150 desaparecidos, según datos del Servicio Nacional de Emergencias y bomberos.

‘Estaba viendo televisión y después de un repentino remezón escuché una explosión. Abrí mi puerta de metal y vi que un edificio se caía‘, dijo un vecino de 71 años que se identificó como Chang. El hombre, un plomero, dijo que buscó algunas herramientas y una escalera y sacó algunas barras de la ventana abierta para rescatar a una mujer que lloraba pidiendo ayuda. ‘Me pidió que volviera y rescatara a su esposo e hijo, pero tenía miedo de una explosión de gas, así que no fui. En ese momento había más gente pidiendo ayuda, pero mi escalera no era suficientemente larga‘, añadió.

En la ciudad, de 2 millones de habitantes, varios edificios quedaron inclinados en ángulos alarmantes, pero un funcionario del departamento de bomberos dijo que los esfuerzos de rescate se centraban por completo en el bloque de apartamentos, donde ropa de niño ondeaba desde un tendedero en el primer piso y el olor a gas impregnaba el aire.

El panorama en Tainan tras el terremoto es devastador, con cinco edificios completamente derrumbados y otros muchos dañados, aunque ya se ha restaurado casi en su totalidad el suministro eléctrico, tras cortes para más de 178.000 hogares, en vísperas del nuevo año lunar.

Los residentes afectados por los derrumbes han perdido casi todas sus pertenencias, y en uno de los edificios un banco colapsado ha dejado bajo tierra 30 millones de dólares taiwaneses (un millón aproximado de dólares).

En ese ambiente de luto no faltaron, sin embargo, acontecimientos que arrojaron luz a la tragedia, como el rescate de un niño de siete años, apellidado Hu, gracias al maullido de su gato, que alertó a los bomberos, quienes también salvaron a su hermano.

Residentes dijeron que los temblores les recordaron el terremoto de 7,3 grados en 1999, que causó más de 2.400 muertos.

Los sismólogos taiwaneses advirtieron que aún se esperan otros sismos de más de seis grados en la isla este año, sin descartar que esto ocurra en las próximas semanas.

El director de Sismología del Servicio Meteorológico isleño, Kuo Kai-Wen, alertó de que, ‘como la energía media anual de los sismos de más de seis grados equivale a seis bombas atómicas y este sábado se han liberado dos, aún son probables más sismos fuertes este año‘.

Fuente: EFE