La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, reconocida por su fuerte carácter y su marcado perfil técnico, fue reelegida ayer con un apretado 51,45 % de los votos, tras ser escrutado el 99,2 % de los votos válidos, y aumentará a 16 años la hegemonía del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil.
La jefe de Estado se impuso en las elecciones más ajustadas y polarizadas en la historia de Brasil al senador socialdemócrata
Aécio Neves, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que obtuvo el 48,55 %, lo que muestra la polaridad de un país dividido casi exactamente por la mitad.
Con un nuevo mandato de cuatro años, la dirigente del PT consiguió mantener la hegemonía de esta formación política en el
país, en el poder desde que Luiz Inácio Lula da Silva asumió su primer mandato en 2003 tras derrotar al PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso.
La confirmación de la continuidad de Dilma era una noticia muy esperada en Argentina, especialmente por el gobierno de Cristina Fernández que tiene en Rosusseff, pese a las últimas diferencias comerciales, a su principal socia en el Mercosur.
A diferencia de su retador, Aécio Neves, que promueve pactos de libre comercios por afuera del Mercosur, la presidenta reelecta en Brasil seguirá apostando por el bloque regional. Además Argentina y Brasil coinciden en su política macroeconómica con una creciente intervención del Estado; subsidios a empresas para mantener el empleo y la actividad; millonarios planes sociales para asistir a los pobres, lo que demanda un creciente gasto público que suele traducirse en inflación.
Con un marcado perfil técnico y de ‘gerentona‘ irreductible, Rousseff logró imponerse a Neves, un líder opositor con fama de ‘galán‘, con una campaña que se basó en recordar hasta la extenuación las bonanzas de los programas sociales ampliados durante su mandato e iniciados en el Gobierno de Lula, su mentor político.Natural del tradicional estado de Minas Gerais, dos veces divorciada y abuela gracias a su única hija, Rousseff es descendiente de un inmigrante búlgaro y de una profesora brasileña.
Esta economista de 66 años se ubica en el lado izquierdo del espectro político y destaca por su compromiso con las medidas de redistribución de la renta que sacaron de la pobreza a 30 millones de personas durante el Gobierno de Lula, algo que le ha proporcionado el apoyo de las clases populares. En cuanto a su política exterior, la líder del PT se ha dicho dispuesta a reforzar la posición brasileña en el grupo de los países emergentes o BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), así como a promover un acercamiento entre los países del Mercosur y los de la Alianza del Pacífico. El mayor reto que tendrá que afrontar Rousseff en los próximos cuatro años será el de relanzar la economía del país, que, según los expertos, terminará 2014 con un crecimiento muy por debajo de lo previsto a principios de año, y recuperar la confianza de la inversión internacional, más favorable a la llegada de Neves.