En los casi 100 millones de vuelos que realizaron las aerolíneas estadounidenses durante la última década, solo se produjo un accidente mortal. Y con excepción de la mayoría de los despegues y aterrizajes, esos aviones se han piloteado básicamente a sí mismos. Pero los recientes accidentes de las aeronaves Boeing 737 MAX 8 en Indonesia y Etiopía plantean interrogantes sobre el lado negativo de tanta automatización.

Actualmente, los pilotos pasan más tiempo aprendiendo esos sistemas automáticos que realizando prácticas de vuelo, así que los pilotos nuevos están menos acostumbrados a tomar el control manual cuando la computadora los desvía, según relataron una decena de pilotos e instructores de vuelo de las principales aerolíneas y escuelas de aviación de todo el mundo.

"La automatización de la aeronave, ya sea un Boeing o un Airbus, nos ha adormecido con una especie de sensación de protección y seguridad", dice Kevin Hiatt, expiloto de Delta Air Lines, que luego fue director de seguridad en vuelo de JetBlue. Ahora confían tanto en el piloto automático "que se convierten en operadores de sistemas, en vez de pilotos de palanca y timón", dice Hiatt. En consecuencia, señala Hiatt, "los pilotos pueden no saber con exactitud o no reconocer con rapidez lo que le está pasando al avión, y para cuando lo descubren, puede ser demasiado tarde".

En octubre, un avión de Lion Air se estrelló en Indonesia, con un saldo de 189 muertos. Los investigadores ahora creen que los pilotos tuvieron problemas para controlar la aeronave Boeing cuando los sistemas automáticos empezaron a fallar, en parte debido a que no entendían a fondo el funcionamiento de la automatización. Las autoridades están investigando las causas del siniestro del domingo de un avión del mismo modelo en Etiopía, donde murieron 157 personas.

Si bien la automatización ha contribuido al excelente historial de seguridad de la industria aeroespacial en los últimos años, también ha sido un factor en juego en varios de los accidentes que igualmente han ocurrido alrededor del mundo.

Un estudio de 2011 realizado por una fuerza federal norteamericana reveló que en el 60% de los 46 accidentes recientes, los pilotos tuvieron problemas para pilotear manualmente el avión o para manejar los controles automáticos.

Los complejos sistemas de automatización también pueden confundir a los pilotos y eventualmente hacerlos tomar decisiones que no deberían tomar, según el relato de los propios pilotos entrevistados.

El presidente Donald Trump tomó partido con un tuit en el que decía que los aviones se han vuelto demasiado tecnológicos y que quiere "¡grandes profesionales de la aviación que puedan tomar rápida y fácilmente el control del avión!"

El exceso de dependencia de la automatización es tema de discusión desde hace décadas. Un video de entrenamiento para pilotos de 1997 de American Airlines advierte que el problema era vox populi entre los pilotos.

Desde hace unos años, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) les aconseja a las aerolíneas que fomenten el vuelo manual cuando sea adecuado, entre otras medidas destinadas a mejorar sus habilidades manuales.

Hace una década, Chesley Sullenberger aterrizó un avión de US Airways sobre el río Hudson. Para muchos pilotos, esa es la clase de intervención manual que a veces se presenta. "Esperemos que se haga algo antes de tener una seguidilla de accidentes fatales", dijo Sullenberger en una entrevista. "Podría pasar mañana, o el año que viene. Nadie lo sabe. Pero si seguimos por este camino me parece inevitable".

El tema se ha vuelto más acuciante en los últimos años, a medida que las aeronaves se automatizaron cada vez más y que la escasez mundial de pilotos obligó a las aerolíneas a poner en la cabina de mando a pilotos menos experimentados, especialmente en los países emergentes.

Al mismo tiempo, también fue reduciéndose el flujo de aviadores que llegaban de la actividad militar, de los que las aerolíneas dependieron durante muchas décadas.

Los pilotos más avezados se van jubilando -en Estados Unidos, deben retirarse obligadamente a los 65 años- y muchos dicen que sus sucesores tal vez no sepan manejarse ante lo inesperado.

"Está todo bien con los millennials. Son muy inteligentes y están ávidos de información", dice Shem Malmquist, capitán de un Boeing 777 y profesor invitado de la Escuela de Aeronáutica del Instituto Tecnológico de Florida. "Pero no los exponemos a la experiencia, no les damos la oportunidad de obtener la información".

Karlene Petitt, piloto internacional y autora de una disertación doctoral sobre entrenamiento de pilotos en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, dice que el nuevo régimen de entrenamiento ha redundado en pilotos menos completos.

"Saben apretar los botones, ¿pero sabrán volar un avión cuando falla?", se pregunta Petitt.

Fuente: La Nación.