El presidente de EEUU, Barack Obama, optó por dejar la puerta abierta a todo tipo de especulaciones y polémicas sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Osama Bin Laden ya que decidió no mostrar las fotos del cadáver del ex líder de Al Qaeda que el mundo reclama, porque “no es un trofeo”.

Sólo se difundieron algunas imágenes de los cadáveres de un lugarteniente de Obama y otros custodios que se encontraban con él en el momento del asalto.

“Nosotros no somos así. No tratamos estas cosas como un trofeo”, declaró el presidente estadounidense, quien justificó su decisión al considerar que la publicación de los documentos gráficos podría poner en peligro la seguridad de las tropas estadounidenses en el exterior.

Obama concedió una entrevista al programa de la cadena CBS ‘Sixty Minutes‘, cuya transcripción leyó ayer en su rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Según indicó el presidente, habló con su equipo de seguridad nacional, especialmente con sus secretarios de Defensa, Robert Gates, y de Estado, Hillary Clinton, y “todos estuvieron de acuerdo”.

El hecho, subrayó, “es que nunca más se verá a Osama Bin Laden caminar sobre la superficie de la tierra”.

La cadena emitió anoche el video de esta declaración, aunque la entrevista completa se difundirá el domingo.

Según han descrito medios estadounidenses, que citan fuentes del Congreso, en las imágenes de que dispone la Casa Blanca se aprecia una gran herida sobre el ojo izquierdo del líder de Al Qaeda, donde se puede ver sangre y líquido encefálico.

El terrorista más buscado del mundo recibió dos disparos, uno en la cabeza y el otro en el pecho, en una operación llevada a cabo el domingo pasado por comandos de élite estadounidenses en una residencia de Abbottabad, una localidad de montaña a unos 60 kilómetros de Islamabad.

Uno de los factores que sopesaba la Casa Blanca a la hora de decidir sobre la publicación de las imágenes era el posible efecto “incendiario” de la divulgación.

Aunque sectores de la población, como familiares de las víctimas de los atentados del 11-S, habían pedido la publicación, para poder pasar página o constatar la muerte del terrorista, la Casa Blanca se inclinó por los argumentos de quienes prefieren mantener las imágenes clasificadas.

EEUU dijo ayer que la muerte del ex líder de Al Qaeda fue un acto defensa, rechazando las acusaciones de que el operativo en un complejo en Pakistán fue ilegal.

El fiscal general, Eric Holder, señaló que Bin Laden fue un objetivo militar legítimo y que no intentó rendirse ante las fuerzas estadounidenses que ingresaron en su fortificado complejo y lo balearon en la cabeza.

“Fue justificado como un acto de autodefensa”, sostuvo el funcionario ante el Comité Judicial del Senado, citando el reconocimiento por parte de Bin Laden de su participación en los ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono.

Fue legal atacar a Bin Laden debido a que él era el comandante enemigo en el lugar y la operación fue conducida de una forma en la que fue consistente con las leyes y valores estadounidenses, afirmó, añadiendo que era una “misión de matar o capturar”.

“Si se hubiera rendido o intentado rendirse, creo que obviamente hubiéramos aceptado eso, pero no hubo indicios de que hubiera intentado hacerlo y su muerte posterior fue apropiada”, agregó.

El reconocimiento de EEUU de que Bin Laden estaba desarmado cuando le dieron muerte a balazos en el asalto en Abbottabad levantó acusaciones de que Washington violó el derecho internacional.

Las circunstancias exactas de su muerte permanecen confusas y aún podrían avivar la polémica, especialmente en el mundo musulmán.