El gobierno de Estados Unidos aprovechó ayer la reunión de la alianza militar occidental OTAN en Bruselas para dar un ultimátum a Rusia de que, si no suspende el desarrollo de un sistema de misiles crucero en 60 días, comenzará el cronograma de seis meses para abandonar un tratado bilateral de 1987, que fue crucial en la distensión nuclear del fin de la Guerra Fría.

"O escondemos la cabeza en la arena o actuamos con el sentido común", sentenció el secretario de Estado, Mike Pompeo, en la reunión de ministros en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), después de acusar al gobierno ruso de "hacer trampa en sus obligaciones en el control de armas" y de destacar que nuevas potencias como China pueden construir este tipo armas sin límites. "Hemos hablado mucho con los rusos. Esperamos que cambien el rumbo", agregó Pompeo.