John Allen Mohamed, tristemente conocido como "el francotirador" que creó el terror en el área de Washington en 2002 y dejó diez víctimas mortales sembradas en gasolineras y aparcamientos, es, según sus abogados defensores, un enfermo mental.

Pero ya da igual. Anoche a las nueve de la noche hora local (23 de Argentina) Mohamed recibió una inyección letal que lo convirtió, para siempre, en parte de la historia triste del área metropolitana de la capital estadounidense.

Atrás quedarán las mortales aventuras que Mohamed y su joven pupilo y colega, John Lee Malvo, vivieron en octubre de 2002, cuando con un rifle de alta potencia y unos vehículos burdamente equipados para matar y escapar sin dejar rastro aterrorizaron a la población y obligaron a la Policía a trabajar sin descanso para detenerlos.

A Mohamed y Malvo les unían las horas compartidas en el albergue para vagabundos donde se conocieron, y su gusto por matar y aterrorizar. Ese fue, quizá, el único cometido exitoso de su vida.

A sus 48 años, Mohamed era, según los testimonios de quienes lo conocieron en tiempos más "normales", un individuo frustrado, veterano de guerra, que intentó poner en marcha, sin conseguirlo, una escuela de karate y un negocio de compraventa de vehículos usados.

Mohamed y el joven Lee Boyd Malvo, que tenía 17 años por ese entonces, fueron capturados el 24 de octubre de 2002 después de 13 ataques en los que dispararon, ocultos en la parte trasera de un viejo automóvil Chevy Caprice, a través de un agujero en la tapa del portaequipajes.

El raid delictivo de tres semanas dejó un saldo de 10 muertos, tres heridos y sembró el pánico en la capital de EE.UU. y sus alrededores.

Entre sus víctimas fatales se cuentan hombres y mujeres, con edades desde 13 a 72 años.

Los dos hombres, capturados en un parador de autopista a unos 80 Km al noroeste del Distrito de Columbia, fueron acusados por varios homicidios, pero fueron juzgados y condenados por el de Dean Harold Meyers, la novena de sus víctimas fatales en la región, alcanzado por sus balas en una estación de gasolina en Manassas, Virginia.

Divorciado dos veces, Mohamed es padre de cuatro hijos, uno de su primer matrimonio con Carol Williams, con la que contrajo nupcias en 1981 y de la que se separó en 1985; y tres de su segundo enlace, con Mildred Mohamed, en 1988.

Durante este segundo matrimonio, la pareja vivió mayormente en el área de Tacoma (estado de Washington), donde algunos de quienes los conocieron dicen que, entre 1992 y 1999, Mildred y John, convertidos al Islam y miembros de "la Nación del Islam" del reverendo negro Louis Farrakhan, tenían la imagen de "una familia modelo".

Con motivo de esa conversión, cambió su apellido de nacimiento, Williams, por el de Mohamed, en honor de su nueva fe.

Hoy, Mildred reitera que no está sorprendida de que su "ex" haya terminado así. En 1999, Mildred presentó una demanda de divorcio y se negó a que el padre viera a los tres hijos de ambos, lo que afectó profundamente a Mohamed, quien inició una batalla, sin éxito, por conseguir que sus vástagos vivieran con él.

Tras separarse, Mohamed llevó una vida de vagabundo que le condujo al albergue para desamparados de Bellingham, cerca a Tacoma, donde conoció a Malvo.

Mohamed y Malvo se hicieron muy buenos amigos en el albergue y salieron del mismo diciendo que eran "padre e hijo". Malvo está condenado a cadena perpetua. Anoche, su "padre" se fue para siempre.