Sharon, un inconformista en la guerra y en la política, odiado por los árabes dejó su marca en la región a través de la invasión militar. Comandante del Ejército desde el nacimiento del Estado judío en 1948, Sharon llegó a liderar unidades clave y a ocupar casi todos los altos puestos de gobierno. También formó una policía represora para las incursiones transfronterizas de las guerrillas palestinas.
Famoso por su sobrepeso, en 2006 sufrió un ataque cardiaco que lo dejó en coma cuando estaba en la cúspide de su poder. Algunos diplomáticos creen que, de haber tenido buena salud, habría logrado la paz con los palestinos tras superar las duras críticas en Israel por ordenar en 2005 el retiro de las tropas y los colonos que se habían asentado en la Franja de Gaza.
‘Como alguien que peleó en todas las guerras de Israel y aprendió por experiencia personal que sin la fuerza apropiada no tenemos posibilidades de sobrevivir en esta región (…) también aprendí que la espada sola no puede poner fin a este amargo enfrentamiento en esta tierra‘, dijo Sharon para explicar su controvertida decisión.
Sharon fue primer ministro en uno de los periodos más turbulentos de la relación entre israelíes y palestinos, como el levantamiento palestino del 2000 y la ofensiva del Estado judío después del fracaso de las conversaciones de paz.
Como líder de Israel, sitió a su némesis Yasser Arafat con tanques después de que una ola de atacantes suicidas con bombas llegaran a Israel desde la ocupada Cisjordania.
Sharon, un acérrimo defensor de los asentamientos judíos en las tierras que Israel ocupó en la guerra de 1967, como ministro de Relaciones Exteriores instó en 1998 a los colonos en Cisjordania a ‘tomar cuantas cumbres puedan para extender los asentamientos‘.
Luego dijo que su polémica decisión de abandonar Gaza, que lo hizo alejarse del partido Likud y lo persuadió de formar una nueva fuerza política, le permitiría a Israel fortalecer su control sobre ‘territorio que es esencial para nuestra existencia‘. Era una referencia a Cisjordania, donde su gobierno comenzó la construcción de una inmensa barrera durante el levantamiento palestino.
Sharon dejó el Ejército en 1973 para desarrollar su carrera política. Tres meses después, volvió a la fuerza y comandó las tropas que lanzaron una contraofensiva que ayudó a vencer a las fuerzas de Egipto en la guerra de Yom Kippur de 1973.
Una foto de Sharon en el desierto, con su cabeza vendada, se convirtió en una imagen icónica del conflicto.
Sharon ascendió al poder en 1977 con el partido Likud, poniendo fin al dominio del Partido Laborista.
El veterano líder se ganó la enemistad de los árabes por planificar la invasión al Líbano en 1982, durante la cual sus aliados de las milicias cristianas masacraron palestinos en dos campos de refugiados. Esto forzó su renuncia como ministro de Defensa en 1983 después de que una investigación israelí le apuntara ‘por no hacer nada para impedir el derramamiento de sangre’.
Muchos pensaron que aquí terminaba su carrera política. Pero tras pasar por varios puestos en el gabinete, fue elegido como líder del Likud en 1999 y llegó a ser primer ministro dos años después, cargo que ocupó por cinco años hasta que cayó en coma.
‘Sharon fue una aglomeración de contradicciones, un cínico incomparable, un patriota comprobado, un hombre que mezcló a judíos y palestinos de Cisjordania mientras abandonaba Gaza‘, dijo Uzi Benziman, autor del libro ‘Sharon: un César israelí‘.