Buenos Aires, 15 de marzo.- Esa actitud fue puesta de manifiesto ayer, en la visita que a primera hora de la mañana el nuevo Papa realizó a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, según publica el diario italiano ‘Il Fatto Quotidiano’.
En esa Basílica tiene su residencia un cardenal estadounidense de 82 años llamado Bernard Law, acusado de haber encubierto a unos 250 curas pederastas entre 1984 y 2002, el periodo en que fue arzobispo de la diócesis de Boston. Según SNAP, una organización de víctimas sexuales de sacerdotes, el cardenal Law no hizo nada para evitar más de 5.000 casos de abusos.
"No quiero que siga frecuentando esta Basílica", aseguró el Papa Francisco con rostro desencajado al ver al cardenal Law, según reconstruyó el diario italiano.
Law estaba a punto de recibir la citación judicial para responder ante los tribunales estadounidenses de sus actos cuando en diciembre de 2002, poco después de verse obligado a dimitir como arzobispo de Boston en medio del escándalo, abandonó Estados Unidos y se trasladó a Roma. Un movimiento que muchos consideraron como una jugada del Vaticano para protegerle de los jueces estadounidenses y evitar de ese modo que tuviera que sentarse en el banquillo de los acusados de su país a rendir cuentas de sus actos.
En 2004, el Papa Juan Pablo II nombró al cardenal Law arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor, donde desempeñó el cargo hasta noviembre de 2011, cuando fue sustituido por el cardenal español Santos Abril y Castelló, según reseña el diario español El Mundo.
Pero Law continúa viviendo en la Basílica de Santa María la Mayor. Y ayer por la mañana, cuando el Papa Francisco acudió a las 8.00 horas a ese templo para rezar ante una imagen de la Virgen, se dio de bruces con él.
"El cardenal Law había sido informado de la llegada del Papa y quiso estar presente en ese momento", indicaba ayer Federico Lombardi, el portavoz vaticano.
Pero el nuevo papa Francisco se alejó de él y prácticamente lo echó de la Basílica de Santa María la Mayor.
El periódico italiano sostiene que Francisco podría estar decidido a obligar al cardenal Law a entrar en un convento de clausura y a cumplir con el retiro espiritual que se anunció que llevaría a cabo cuando fue obligado a renunciar como arzobispo de Boston en medio de las acusaciones de haber encubierto a curas pederastas y que nunca llevó a cabo.
De hecho, Law participó en las celebraciones de los funerales de Juan Pablo II y en el Cónclave en el que hace ocho años fue designado Papa Benedicto XVI. Si en el reciente Cónclave no tomó parte, es sólo porque superó los 80 años.
Ahora resta saber si el flamante Papa Francisco llega hasta el fondo y envía al cardenal de regreso a Estados Unidos para que responda ante la justicia de ese país.