El papa Francisco transmitió ayer a los obispos argentinos que ‘por un problema de agenda‘ no podrá viajar al país en julio de 2016 para participar del Congreso Eucarístico Nacional, previsto para esa fecha en Tucumán, y de los festejos por el bicentenario patrio. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, informó que el pontífice remitió una carta a los prelados, en la que manifestó su pesar por no poder regresar a la Argentina para asistir a ese acontecimiento religioso.
‘El viaje no puede ser por un problema de agenda. El agradeció mucho la invitación pero, a pesar de que deseaba venir para estar con nosotros, los compromisos, agenda y los viajes programados no le permiten su presencia física‘, precisó.
‘El papa Francisco agradece la invitación y desea venir pero, por otros compromisos, cuestiones de agenda y viajes programados, no va a venir en esa fecha?, consignó Arancedo. No obstante, el arzobispo de Santa Fe remarcó los ‘deseos de volver’ a su tierra natal expresados por el papa Francisco para encontrarse con su ‘gente amiga’, y agregó que acompañará ‘espiritualmente’ la preparación y el desarrollo del Congreso. Arancedo precisó que ‘esto no significa que no venga’ en otra fecha y recordó que ‘la invitación es permanente y también está el deseo de él’ de regresar a la Argentina.
También reveló que otros obispos latinoamericanos le han solicitado que visite sus países ‘pero el Papa expresó las dificultades de agenda que tiene para el 2016’, año en que está prevista la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia) y otros viajes por Asia y Africa.
Por otra parte, Arancedo detalló que los obispos argentinos le hicieron llegar una carta a Francisco recordando los treinta años que se cumplen de la mediación vaticana en el conflicto con Chile por el Canal de Beagle.
En ese sentido, destacó que aquel acuerdo, gracias a la mediación del entonces papa Juan Pablo II, ‘ha marcado ejemplarmente el camino de la superación de conflictos‘ y agregó: ‘Aquel acontecimiento es un ejemplo a nivel de la historia de la política internacional de cómo superar un conflicto que ya estaba armado‘.
En la rueda de prensa que ofreció junto a los vicepresidentes del Episcopado, Mario Poli y Mario Cargnello, Arancedo habló además de que en el el país ‘hace falta predicar la reconciliación y recuperar la capacidad de encuentro para recrear un país para todos’. ‘Hemos perdido la capacidad de diálogo y de encuentro’, sostuvo Arancedo, reelegido esta semana para presidir por tres años más el Episcopado. En la misma línea, consideró que los debates para reformar normas y códigos ‘no pueden ser apresurados’, sino que darse en un marco de ‘respeto a la Constitución’. Por último, volvió a expresar la preocupación de la Iglesia Católica por el ‘avance del narcotráfico‘ y, si bien destacó ‘los esfuerzos del gobierno’ en superar la exclusión social, afirmó que ‘no se sale de la pobreza estructural sólo con planes, sino con proyecciones a largo plazo’.

